El secretario general de Nueva Izquierda (NI), Diego López Garrido, pidió ayer al Gobierno y al Banco de España que «vigilen y miren con lupa» la actuación del nuevo Banco Santander Central Hispano, fruto de la fusión entre el Santander y el BCH, anunciada el viernes, y sobre la que «aún hay muchas incógnitas», según el diputado de NI.
Dicha fusión se ha convertido «en una cuestión política», según explicó López Garrido, ya que «la decisión sobre la fusión la ha tomado un grupo reducido de personas, de las cúpulas de estos bancos, pero el resultado es algo que afecta a los intereses generales, por la dimensión que adquieren las dos entidades unidas».
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, considera que la fusión del Banco de Santander y del Banco Central Hispano es una buena noticia que significará un nuevo impulso económico dentro del marco europeo.
Desde CC OO, la responsable de banca María Jesús Paredes señaló que confía en que el BSCH (Banco Santander Central Hispano) firme antes de su junta de accionistas un acuerdo de garantías de mantenimiento de principio de seguridad en el trabajo para los empleados del banco resultante de la fusión.