Los restauradores de Mallorca piden una cuenta por mesa y rechazan que cada cliente pague específicamente lo que ha consumido. El presidente de Mallorca CAEB Restauración, Juanmi Ferrer, explica que se ha convertido en algo habitual que en las reuniones de amigos o familiares cada comensal pida abonar lo que ha comido o bebido.
«Algunos no quieren pagar el vino, otros piden específicamente abonar su plato... y esto para el personal es complicado, ya que en muchas ocasiones hay productos que no se llegan a cobrar a nadie y esto hace el cierre no cuadre», expone. Además, añade que se incrementa la carga de trabajo del personal, ya de por sí elevada.
Ante esta situación, el presidente de Mallorca CAEB Restauración pide empatía a los clientes y solicita que haya una cuenta por mesa. Como máximo, señala que se podrían hacer divisiones a partes iguales del coste total de la comida, aunque esto también implica más trabajo para los camareros. «Entendemos que la cuenta se reparta entre todos, pero hay métodos mucho más fáciles y cómodos, como el Bizum, que no tiene coste para los clientes y es automático».
De hecho, Ferrer señala que algunos restaurantes de Mallorca ya no aceptan que cada cliente abone exclusivamente aquello que ha consumido. «La idea es que haya una cuenta por mesa y que entre los clientes gestionen como se hace el pago», insiste. El representante de los restauradores señala que antes era más sencillo, puesto que la mayoría de los clientes pagaban en efectivo. Sin embargo, ahora se decantan más por las tarjetas de crédito. «Sólo el 30-40 % abonan la cuenta con dinero en metálico», destaca.
Falta de personal
Ferrer expone que la falta de personal vuelve a ser este año uno de los principales problemas a los que se enfrenta el sector. «Desde la pandemia, los restauradores tenemos muchos problemas para encontrar trabajadores. Muchos empresarios se ven obligados a ofrecer sólo un turno de comidas, ya que no tienen plantilla suficiente para abrir a mediodía y por la noche».
En este punto, precisa que los establecimientos ubicada en zonas turísticas, especialmente los que abren menos meses al año, son los que tienen más dificultades para contratar trabajadores. «Pese a que tenemos el mejor convenio de hostelería de España, y los sueldos netos mínimos son de 1.700 euros mensuales. El dinero no es problema». Para finalizar, señala que los problemas para completar las plantillas afectan prácticamente a todos los sectores en Mallorca.
El problema és que ja ningú vol fer de cambrer i no troben a gent que els faci guanyar tant com abans. Ara cerquen maneres de sobreviure. La solució és reduir turisme, ho sap tothom