Una excepción al tabú de despedir a una mujer embarazada: el periodo de prueba. La Sala de lo Social del TSJIB rechaza el recurso presentado por una joven que fue expulsada de su empresa tras comunicar que esperaba un bebé pero que todavía estaba dentro del plazo de seis meses de periodo de prueba que marcaba el contrato. La mujer había comenzado a trabajar en una inmobiliaria en agosto de 2023 con un contrato indefinido. Sin embargo, se marcaba un periodo de prueba de seis meses.
Dos meses después de comenzar a trabajar, la mujer se quedó embarazada y lo comunicó a la empresa pocos días después. Eso ocurrió en octubre y, en el mes de enero, la mercantil notificó a la empleada el cese de la relación laboral por no superar el periodo de prueba. Según justificó entonces la firma, había dos requisitos que la empleada no había cumplido y que se consideraban claves para poder vender inmuebles: haber adquirido un conocimiento mínimo de alemán y conseguir el permiso de conducir. La empresa afeaba a la trabajadora que ni siquiera se hubiera presentado al teórico. La trabajadora presentó una demanda por despido nulo y con vulneración de derechos fundamentales y reclamaba, además de la readmisión una indemnización de 50.000 euros. La Sala de lo Social del TSJIB avala el criterio que ya sostuvo un juzgado previamente. El cese de la relación laboral es válido porque la empresa ha acreditado que nada tuvo que ver con la situación de embarazo.
Razona la sentencia que el no superar el periodo de prueba en una empresa no es una situación asimilable a la de un despido que puede ser calificado como improcedente. Así, ante un embarazo en ese momento, «debe existir una objetivación de los motivos de la extinción que permita excluir cualquier tipo de origen en la situación de embarazo». Es decir, que la empresa debe acreditar que si decidió que la trabajadora no continuase en el puesto no tuvo nada que ver con su gestación. Es lo que considera que ocurre en este caso. La sentencia valora que tanto el tener el carnet de conducir para desplazarse con los clientes como el conocimiento del alemán eran dos requisitos para el puesto que la trabajadora no había cumplido y que, por lo tanto, estaba justificado que no continuara.
El procrear es un capricho no una necesidad. Luego vienen las bajas y ayudas sociales. Hay que controlar la natalidad ya que no todo el mundo está capacitado para ser padre/madre. Ya tenemos sobrepoblación.