Joan Calafat (Palma, 1968) es el director general de Recursos Hídrics en una época en la que, en un escenario de cambio climático, la disponibilidad de agua es una incógnita en una comunidad que crece en población y número de turistas.
En junio no ha llovido.
—Ha sido el más seco desde 1961 en Baleares y la demanda aumenta. Las reservas hídricas están ahora al 48 %, dos puntos menos que el año pasado por estas fechas, y todo el territorio balear está en prealerta de sequía con excepción de Formentera, pero claro, esta isla depende la desalación. El caso más grave es el de Ibiza, con una demanda superior a la capacidad de oferta de agua desde hace años. Ibiza depende en un 70 % de la desalación y hay que llevar agua desalada en camiones a las viviendas dispersas que no disponen de pozo.
La desalación gana protagonismo. El Govern ya lo ha ido anunciando para que los acuíferos puedan descansar y recuperarse.
—Sí, en 2024 la desalación representó el 20 % de la aportación de agua y en 2025 llegaremos con seguridad al 25 %. Estamos batiendo récords de desalación, pero no se trata de disponer más de este recurso. Se trata de transformar el modelo de manera radical, con un programa de infraestructuras y un cambio en la gestión que apueste por la eficiencia, la reutilización y la reducción de las pérdidas en las redes de abastecimiento, con un objetivo del 17 % de fugas en 2027. Ningún municipio podrá sobrepasar el 25 % de pérdidas en ese plazo. En ciclo del agua vamos a invertir 280 millones de euros, de los que 127 proceden del Impost de Turisme Sostenible. Hay que mejorar las actuales desaladoras, construir nuevas y ampliar la red en alta de Mallorca para llegar al máximo de municipios. Todas estas actuaciones precisan de años de tramitación y ejecución. Mientras tanto, el 43,7 % de los acuíferos de Baleares se encuentran en mal estado por exceso de nitratos o salinización. Hay que reducir las extracciones de manera sustancial.
Hay municipios con restricciones, pero ¿estamos llegando a una situación crítica a nivel general?
—La desaladora de Alcúdia está suministrando agua a Palma porque el abastecimiento municipal no es suficiente y eso que la desaladora de la capital está funcionando al máximo. Por cierto, ha salido a licitación la renovación de la desaladora de Palma por 40 millones de euros, pues la instalación ya tiene 26 años de antigüedad. Otro caso: sin la aportación de la fuente de sa Costera, Sóller y Fornalutx no tendrían ahora agua suficiente, Actualmente, el agua de sa Costera no está llegando a Palma porque la Vall de Sóller la necesita. La situación será realmente crítica si este invierno no llueve lo suficiente. Entonces sí tendremos que acentuar el protagonismo de la desalación. No son opiniones, son números.
¿Qué proyectos están previstos en desalación y ampliación de la red en alta?
—La desaladora de Alcúdia, que también tiene que ser ampliada, suministra a Pollença y Platja de Muro, pero no al municipio donde está ubicada. La conectaremos con Alcúdia y sa Pobla. Eso reducirá las extracciones en los acuíferos y a s’Albufera podrán llegar 5 hectómetros cúbicos más. La red en alta tiene que llegar a Manacor y Sineu, y después seguir extendiéndose por el Pla. También hay que conectar la desaladora de Palma directamente con Marratxí. Todas estas actuaciones hay que realizarlas en los próximos años en paralelo, no una tras otra.
En cualquier caso, tiene en previsión construir tres nuevas desaladoras, una en cada una de las islas mayores.
—Sí, la de Mallorca se ubicará en el Llevant, probablemente en Felanitx porque desde ahí podría abastecer al propio Llevant y al Migjorn, y conectarse a la red en alta cuando ésta llegue a Manacor.
¿Hay algún estudio sobre la evolución de la demanda en los próximos años?
—Sí, lo hemos contratado con la UIB. En el caso de Mallorca, las proyecciones señalan un incremento en el consumo potencial de agua en todos los escenarios. Si seguimos como ahora, en diez años el incremento sería de 20 hectómetros cúbicos, lo que equivaldría a otra desaladora. En la mejor de las situaciones, aunque seamos más eficientes y reduzcamos las pérdidas de las redes municipales, el incremento sería de unos 7,7 hectómetros cúbicos, equivalente a la aportación media de los embalses del Gorg Blau y Cúber, teniendo en cuenta que nunca pueden ser vaciados del todo.
Supongo que la reutilización también es importante.
—Sí, para el riego agrícola y la recarga de los acuíferos, pero todo ello tiene un coste que puede ser financiado por el Impost de Turisme Sostenible, el canon de saneamiento o por los propios usuarios. Con el canon de saneamiento estamos ingresando lo justo para el mantenimiento de las depuradoras, pero es insuficiente para infraestructuras mayores. Subir el canon de saneamiento es una absoluta necesidad, pero premiando al usuario eficiente. La Directiva Marco del Agua establece que los usuarios deben contribuir a la recuperación de los costes de los servicios hídricos, incluidos los medioambientales. El agua hay que pagarla.
Mallorquí de MallorcaCrecerá porque es donde estará el trabajo y los centros administrativos para los funcionarios.