La Navidad ya ha empezado en las administraciones de lotería. Desde el pasado viernes, los décimos del Sorteo Extraordinario del 22 de diciembre están a la venta en toda España y como cada año, miles de personas empiezan a hacer colas buscando el número afortunado. Son muchos los que se apresuran a tentar a la suerte. Y es que, a pesar de que el calendario marca que estamos en julio y las playas están abarrotadas, hay quienes ya sueñan con «El Gordo».
Este sueño forma parte de la historia del país. La primera Lotería de Navidad se celebró el 22 de diciembre de 1812 en Cádiz, ciudad que entonces estaba inmersa en la «Guerra de Independencia española». Nació como una forma de recaudar fondos para la Hacienda y, al mismo tiempo, ofrecer un respiro de ilusión en tiempos difíciles. Lo que nació como una medida extraordinaria se ha convertido con los años en una tradición nacional. El sorteo ha tenido lugar cada año desde entonces, incluso durante la Guerra Civil, cuando se trasladó a Valencia para garantizar su continuidad.
Daniel Pujol, vendedor con años de experiencia en la administración «2 Patitos» explicó: «El Gordo es la lotería más cara pero también la que más se vende. Durante el año puedes ver que hay personas que juegan más o menos pero en Navidad, prácticamente todo el mundo juega a «El Gordo». Al final es una tradición nacional». Además subrayó que es habitual atender a los primeros clientes que buscan el premio en estas fechas tan tempranas, y añadió: «La mayoría compra pocos décimos en esta época pero con un significado especial. Las terminaciones más buscadas son el 5 y el 7 aunque números como el 13 también son muy apreciados».
De este modo, Daniel explicó que las semanas previas al sorteo, las ventas se disparan y se compran muchos más décimos. Afirmó: «Se incrementa la caja por dos o por tres. Mueve mucho dinero». Sin ir más lejos, en el año 2024, se emitieron un total de 193 millones de décimos por un valor de 3.860 millones de euros. De estos décimos, se estima que se vendieron alrededor del 80%. Los datos son contundentes. El año pasado, en el bombo se introdujeron 100.000 bolas de números, desde el 00000 hasta el 99.999, por lo que la probabilidad de recibir el premio máximo de la Lotería de Navidad al comprar un décimo fue de 1 entre 100.000, es decir, de un 0,001%. Así, las probabilidades de conseguir el preciado premio son mínimas, pero la ilusión pesa más.
Se podría decir que el famoso «si toca» ya forma parte de la cultura del país. Por eso, Ernesto ya ha comprado su décimo de este año. Declaró: «Cada año compro los mismos. No se trata de números con significados especiales. Simplemente, son algunos que elegí una vez al azar y que he mantenido con el tiempo». Ernesto se mostró muy ilusionado por el sorteo de este año afirmando: «Este año toca». Quizás es un poco pronto para pensar en el sorteo ya que aún faltan 6 meses pero la esperanza que genera va más allá del calendario. Es un evento que une a millones de personas que cruzan los dedos esperando lo mismo. Ser o no ser, que toque o no toque. Esa es la cuestión.