Se llamaba Joan Mateu Moranta aunque en el pueblo le llamaban ‘en mosqueta’. Vivió en Mancor de la Vall, marcado por el estigma de ser una persona intersexual (hermafrodita le decían entonces) en un momento (finales del siglo XIX) en el que la sociedad repudiaba al diferente más aún de lo que lo hace ahora.
Nació el 27 de junio de 1878 y recorría los pueblos con su burro y su carro vendiendo telas, carbón, cirios, gerres y cal para blanquear las casas. «Le recuerdo perfectamente de cuando yo era muy niño. Era un hombre que vivía solo, y decían que tenía una deformidad en el pene (casi no tenía). Los chicos cuando lo veían se burlaban de él y le gritaban ‘tituti Mosqueta’ lo que le molestaba mucho», cuenta Gabriel Fiol Mateu, historiador que fue hasta su jubilación cronista y archivero del pueblo.
«A causa de su hermafroditismo se convirtió en uno de estos tipos populares que no faltaban prácticamente en ningún pueblo y que eran víctimas de bromas y de otros abusos hoy inconcebibles», excribió Fiol hace ya años en la revista local Montaura. Su artículo era un llamamiento a la conciencia ciudadana de un pueblo que perturbó a ‘En Mosqueta’ incluso más allá de su muerte.
«Su miserable vida acabó el 1 de octubre de 1943 e, incluso después de muerto, no se libró de los abusos. Una señora lo asistió cuando estuvo enfermo, hasta que murió, a cambio de heredar su carro y su burro», relata. Cuando vio que la muerte estaba cerca cubrió con unos pantalones sus órganos sexuales, que tanto le estigmatizaron en vida.
La historia quedó grabada a fuego en la memoria del cronista cuando apenas tenía 7 u 8 años. «Después de muerto fue la gente allí y esa señora le abrió los pantalones para que todos pudieran ver la deformidad que tenía. Incluso después de muerto no se libró de los abusos, la gente quería ver cómo era su anormalidad congénita y lo consiguió», lamenta.
La de Joan Mateu Moranta 'en mosqueta' es la historia de un ultraje y un abuso colectivo que puede ayudarnos a comprender por qué la intersexualidad está infradiagnosticada en todo el mundo, también en Baleares. La intersexualidad es la condición de las personas que nacen con características biológicas, anatómicas o fisiológicas; una anatomía sexual; unos órganos reproductivos o un patrón cromosómico que no se corresponden con las nociones socialmente y normativamente establecidas a los cuerpos femeninos (asignados a mujeres) o masculinos (asignados a hombres).
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) estima que entre el 0,5 % y el 1,7 % de la población mundial nace con características intersexuales. Si extrapolamos estos datos a Baleares, con una población empadronada de más de 1,2 millones de residentes, puede haber hasta 20.400 personas en las Islas que conviven con alguna variante intersexual.
En 2023 Baleares fue pionera en España en la creación de un protocolo de atención integral a personas intersexuales que garantiza un abordaje adecuado en el ámbito sanitario, pero también en otros ámbitos sociales como la educación.
En un informe del relator especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, publicado por la Secretaría del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 5 de enero de 2016, este insta a los estados a que deroguen las leyes que permiten aplicar tratamientos invasivos e irreversibles a personas lesbianas intersexuales, como las intervenciones quirúrgicas de normalización genital y otros tratamientos «reparadores» o «de conversión» cuando estos se utilicen de manera forzosa o se administren sin el consentimiento libre e informado del (de la) paciente».
En los casos en que la corporalidad y sobre todo los genitales de las personas recién nacidas cumplen con el patrón normativo que se espera de un cuerpo que se considera que pertenece a una «mujer» o de un cuerpo que se considera que pertenece a un «hombre», no hay duda para inscribir el «sexo registral» de la persona que acaba de nacer en una de las dos únicas categorías legales que hasta ahora están reconocidas en España: Varón o mujer.
En cambio, en los casos de personas recién nacidas con características intersexuales visibles (atributos masculinos y femeninos a la vez) la inscripción del sexo registral genera situaciones de incertidumbre y angustia para las familias y el personal médico que las acompaña. No solo es que haya únicamente dos casillas exclusivas y excluyentes que marcar en el Registro Civil, sino que además los progenitores tienen un tiempo máximo de un año para rellenar la casilla del sexo.
Asociaciones como Kaleidos llevan años luchando para que se ataje esta problemática. No hay una única anatomía en las personas intersexuales. Se han diagnosticado hasta 40 condiciones diferentes. Todas entran en una definición común: Nacen con características sexuales (cromosomas, genitales, gónadas, niveles hormonales…) que parecen no encajar en lo que se considera típicamente masculino o femenino. «Por ejemplo, una persona puede nacer con formas genitales y apariencia típicamente de mujer y desarrollarse como tal en la pubertad, pero tener cariotipo XY y testículos en el interior de su abdomen. O una persona puede nacer con genitales que parecen estar en un estado intermedio entre los típicos genitales masculinos y femeninos –por ejemplo, un bebé puede nacer con un clítoris más largo que el promedio, o carecer de apertura vaginal, o puede nacer con un pene que se considera más pequeño que el pene promedio, o con un escroto que está dividido de manera que asemeja más unos labios vaginales-. O una persona puede nacer con una composición genética denominada de «mosaico», es decir unas células tienen cromosomas XX y otras tienen XY, o sus cromosomas son XXY o X0…», explica la asociación.
Por eso la Ley para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas prohíbe expresamente todas las prácticas de modificación genital en personas menores de 12 años, excepto en los casos en que las indicaciones médicas exijan lo contrario a fin de proteger la salud de la persona. En el caso de personas menores de entre 12 y 16 años, solo se permitirán estas prácticas a solicitud de la persona menor siempre que, por su edad y madurez, pueda consentir de manera informada a la realización de las mismas.
Quan las cel·lulas de la pell de animals (humans també) tenen una 'taca de cromatina', l'animal ès femeni, si no tenen taca de cromatica, ès masculí, així se defineix en biologia el sexo nuclear. Lo que definiria el sexe de una persona o animal ès la pell i no els òrgans sexuals.