Como buen estratega, el teniente general Francisco José Gan Pampols disecciona la actualidad internacional sin puntos muertos. O zonas oscuras. Nada escapa a su lupa de veterano de guerra. En esta entrevista con Ultima Hora deja a un lado su actual cargo político de vicepresidente de la Generalitat valenciana, a la que llegó tras la DANA, y aborda cuestiones geopolíticas que afectan al Mediterráneo y a Balears. En un mundo cambiante donde un día Israel ataca Irán y al siguiente Trump se suma a la fiesta.
¿Le veremos pronto por Palma, pronunciando conferencias?
—Pues de momento no hay nada previsto, pero en verano estaré en Menorca. Veraneo en esa isla desde hace seis años, en concreto en Maó.
Allí hay muchos militares.
—Bueno, en realidad los había.
Ha fichado por la Generalitat valenciana como cargo político.
—Así es. En noviembre de 2024 fui designado vicepresidente del Gobierno valenciano para la Recuperación Económica y Social.
¿Es dura la política en Valencia?
—Me lo pidieron, pero yo no vengo a hacer política, sino un trabajo técnico, de un plan de recuperación. Pero el objeto de la entrevista era la geopolítica, ¿verdad? (Risas).
Déjeme, entonces, preguntarle por la guerra de Ucrania.
—Lo cierto es que más tres años después de su inicio, la guerra continúa y la intensidad aumenta. Se está recrudeciendo la ofensiva rusa en el Donbás, porque quieren conquistar más territorio.
¿Ucrania resiste más de lo que nadie pensaba?
—Ucrania resiste bien, esa es la verdad. Incluso lleva a cabo acciones espectaculares, como cuando el 1 de junio lanzó un ataque con drones contra aviones estratégicos rusos a gran escala.
¿Cómo acabará todo?
—Rusia está sufriendo muchas bajas, persigue ganando. Al final, Estados Unidos presionará a Ucrania para que acepte un alto el fuego.
¿Estados Unidos es la clave?
—Siempre lo es. La predisposición a un alto el fuego se alcanza cuando uno percibe que no tiene nada más que ganar.
Pasamos a Oriente Medio, donde acabamos de salir de la guerra de los 12 días entre Israel e Irán.
—Bueno, ahora mismo se ha alcanzado un alto el fuego, auspiciado por la administración de Donald Trump, y aunque ha habido algunas violaciones puntuales, parece que va en serio.
Unos y otros se dan por vencedores.
—Bueno, eso siempre suele ocurrir. Israel e Irán se arrogan la victoria, pero la realidad es que el que más ha perdido ha sido el segundo país. Su programa nuclear, al menos de forma aparente, ha sido destruido, lo cual era el objetivo de Israel. También han arrasado instalaciones militares, bases y sobre todo los radares iraníes. La superioridad aérea israelí ha sido total. Teherán estaba a merced de sus aviones de combate.
¿Se esperaba más de Irán, desde el punto de vista militar?
—Como recordará, hace unos meses ya hubo un intercambio de golpes entre los dos países. La mayoría de misiles iraníes fueron destruidos. Luego los iraníes enviaron otra andanada y usaron misiles balísticos. Hezbolá, desde El Líbano, y los rebeldes Hutíes, desde Yemen, que son lo que se conoce junto a Irán como Eje de la resistencia, también atacaron a Israel. Lo que ocurre es que ahora Irán ha tenido que alejar las lanzaderas móviles de misiles, de unos 1.700 kilómetros de alcance, para que Israel no los destruya.
En la primera Guerra del Golfo, en 1990, se decía que el Irak de Saddam Hussein era invencible. ¿Con Irán han usado la misma milonga que entonces?
—Son dos conflictos que se han desarrollado de forma distinta. Como recordará, aquel conflicto fue terrestre, incluyó tropas de tierra. En Irán, en cambio, se han utilizado la aviación y los misiles, pero no ha habido choques de unidades acorazadas o mecanizadas.
¿En las guerras modernas la aviación es la clave?
—En esta se ha puesto de manifiesto la incapacidad de Irán para mantener su espacio aéreo. No tiene defensas antiaéreas, todas han sido eliminadas. Israel ha cegado sus radares.
Vamos, que ha sido una paliza.
—Podría decirse así.
A pesar de todo lo que decía Trump, ¿la entrada de Estados Unidos era previsible?
—Sí, era previsible. Teniendo en cuenta toda la información que manejaban sobre el enriquecimiento de uranio por parte de Irán, que dejaba bien claro que en poco tiempo podrían disponer de más de un artefacto nuclear, no era de extrañar que Estados Unidos hiciera lo que ha hecho. Tenga en cuenta que en la instalación nuclear de Fordow, en las montañas, hay una red de túneles a cien metros de profundidad, donde supuestamente Irán concentraba sus centrifugadoras para enriquecer uranio.
¿Las instalaciones nucleares iraníes han sido eliminadas como dice Trump o solo dañadas, como sostiene el Pentágono?
—Ahora se ha abierto lo que se llama guerra de la información. Hay datos innegables, como que Fordow y su acceso ha sido cegado. En cualquier caso, el daño real no lo sabemos aún, nos faltan datos e información.
Teherán amagó con cerrar el estrecho de Ormuz. ¿Cómo afectaría a Balears?
—Realmente p oco, porque el principal destinatario del petróleo y del gas es China. Así pues, España no se vería muy afectada en caso de cierre. Nosotros tenemos otros proveedores, como Estados Unidos.
¿Cuáles son las amenazas geopolíticas para el Mediterráneo?
—Los conflictos en determinados países africanos, que los convierten en estados fallidos o en focos de salafismo o yihadismo. Mali, Níger, Costa de Marfil o Burkina Fasso, por citar algunos ejemplos, presentan serios problemas que nos pueden afectar.
¿Habrá movimientos migratorios masivos en Balears y el Mediterráneo?
—Es muy probable. Le puedo decir que la presión migratoria será creciente en el Mediterráneo Occidental, por la pobreza, la falta de oportunidades y también por el cambio climático, que hará que la vida en aquellos países sea muy complicada. Es decir, que existe el riesgo de que la inmigración ilegal se pueda disparar en los próximos años. Pero mire el caso de Italia, que está controlando bien los flujos desde Libia y Egipto.
¿Tenemos capacidad para atender una inmigración masiva?
—Se llegará al límite de la capacidad para atenderlos. Es un problema muy serio.
¿Qué se puede hacer?
—Pues una de las posibles soluciones es trabajar en origen y estabilizar la zona, para conseguir que la población no se vea obligada a emigrar. Y formar a esas personas, para que tengan un futuro mejor.
Pero necesitamos la inmigración.
—Así es, hay trabajo.
¿Cómo lo sabe?.Sólo puedo leer el principio de la noticia.¿No se supone que la llegada de pateras es algo imprevisible pero perfectamente controlable y más en una isla?.¿Algún plan tal vez?,¿invasión "silenciosa"?.