La contaminación por microplásticos se ha convertido en una amenaza directa para la salud y los microplásticos no solo están en los alimentos embotellados, también se ocultan en productos frescos, como el pescado, la fruta y verdura, en las infusiones, la sal y el azúcar, entre otros.
Un reciente estudio del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) ha localizado aditivos relacionados con los plásticos en el 80 % de los alimentos que se consumen en España.
El nivel de aditivos plásticos en el medio ambiente es tan alto que la adopción de una dieta saludable por sí sola no garantiza que estos no lleguen a nuestro organismo. «La exposición es generalizada, ingerimos decenas de miles de microplásticos al año y se detectan en múltiples órganos; los riesgos potenciales son reales, se observan efectos inflamatorios, oxidativos y hormonales», explica Pilar García, nutricionista de Baleares.
García pone el foco en la necesidad de «apoyar en primer lugar iniciativas para reducir la contaminación de plásticos». «Los microplásticos se introducen en nuestro organismo y pueden sufrir transformaciones y llegar al colon con una estructura totalmente diferente. Según un estudio del CSIC, una ingesta continuada podría alterar el equilibrio intestinal y con ello alterar también nuestra salud», dice García.
La nutricionista advierte de que «causan una toxicidad física debido a la inflamación y aumento de la permeabilidad intestinal que actúan como vectores de sustancias tóxicas, generando una disrupción endocrina y estrés oxidativo, como se ha evidenciado en muchos estudios in vitro y en animales, y alteración de la microbiona intestinal».
Ante esta evidencia recomienda «priorizar envases de acero inoxidable, papel o cerámica». Además de apoyar iniciativas que ayuden a reducir la contaminación por plásticos, la nutricionista mallorquina Pilar García recomienda «evitar los plásticos de un solo uso, limitar el consumo de alimentos procesados y envasados, limitar el consumo de mariscos o pescados priorizando pescados de origen sostenibles y que ocupen un lugar bajo en la cadena trófica como las sardinas y las anchoas».
Avisa además de que conviene «limitar la sal de mesa, utilizando sales de mina o sal del Himalaya que provienen de fuentes subterráneas más protegidas».
Para abastecernos de agua la experta en nutrición cree que lo ideal es filtrar el agua potable con filtros de carbón activo y osmosis. «Muchos exfoliantes, pastas dentales y geles contienen microplásticos añadidos», concluye.
Alguna vez olvidé quitar el plástico a las hamburguesas, cuenta como uno?