Un menor de 10 años con autismo de nivel 1, el grado más leve durante este curso ha ido dos días a un centro de educación especial y el resto de la semana al colegio público al que ya iba. Una fórmula mixta a la que su madre, Tamara, accedió, pero que ahora rechaza porque la experiencia de su hijo no ha sido buena. «Me admitieron que en su aula no hay ningún compañero con su nivel y solo uno, además de él, pueden hablar; gritan constantemente y se siente muy desplazado», lamenta, porque el resto de alumnos tiene muchas más necesidades especiales.
El propio menor, por teléfono, admite que no le gusta ese centro porque le molestan, y que prefiere ir al colegio a tiempo completo. «A mí me dijeron que esto era una prueba, pero ahora me dicen que no tengo posibilidad de sacarlo del centro especial porque se requieren pruebas muy claras que confirmen que no está bien ahí; en este sentido, no ayuda que mi hijo tenga un carácter que le permite adaptarse a cualquier ambiente, pero ya ves que no quiere seguir yendo», comenta la madre.
El desencadenante para aceptar inicialmente la idea de ir parcialmente a un centro especial fue que un día le cortara un rizo de pelo a una compañera. «Ahí se complicó todo. En clase hay que estar más encima de él porque se despista por falta de interés en ciertos temas, pero tiene capacidad plena para seguir el modelo ordinario. ¿Qué es esto de apartarlos?», se pregunta Tamara. Su caso no es el único porque desde la Federació d’Associacions de Pares i Mares (FAPA) de Mallorca aseguran haber recibido muchas otras quejas de familias por falta de información al abordar estos cambios tan importantes e incluso presiones para escolarizarlos en centros diferenciados.
«Se les dice que estarán mejor atendidos, pero no suele ser así por falta de recursos y porque ese modelo diferenciado en el que se les separa del resto de alumnos no tiene por qué ser una opción mejor. Cuando falta información, la presión es alta y deciden obligados», considera la representante de la Comisión de Inclusión de FAPA, Hilda Carmona. «Hay casos muy complicados, delicados, severos, en los que se entiende que no puedan estar con el resto de compañeros, pero la mayoría sí que pueden», insiste, aunque para ello faltan muchos recursos en las aulas.
El elevado número de alumnos por clase dificulta que los docentes puedan llevar a cabo el aprendizaje individualizado que desearían, como denuncian desde los colegios e institutos. Desde la FAPA prefieren que la mayoría de los recursos se inviertan en apoyo y recursos para evitar la separación de este alumnado, como exige el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). «Mi hijo, con autismo nivel 2, ha terminado Primaria en el colegio ordinario; no tendrá amistades, pero sabe atender y comportarse porque lo ha aprendido del resto de alumnos. Tengo la esperanza de que sea un ciudadano más», confiesa Carmona.
El dictamen del comité de la ONU también incumbe a Baleares porque la Conselleria d'Educació apuesta por crear nuevas aulas y reforzar los centros de educación especial. Pide que se derogue toda la normativa que permite la segregación, porque incluso la última ley educativa, la LOMLOE, lo contempla.
Sobre esto, la directora general de Primera Infància, Atenció a la Diversitat i Millora Educativa del Govern, Neus Riera, recordó a este diario que la normativa permite centros especiales y que buscan «dar respuesta a las peticiones» de las familias: «Los centros especiales atenderán a alumnos en centros ordinarios». También defendió que incrementar los auxiliares técnicos educativos en todos los centros, tanto si tienen o no alumnos con necesidades especiales específicas, implica que apuestan por un modelo de inclusión. Asimismo, su equipo trabaja en reforzar la presencia de orientadores para atender estos casos en todos los colegios. Riera, además, dijo que respeta y apoya que los alumnos con discapacidad estén en centros ordinarios.
Alguien sabe lo que es el autismo, los diferentes grados que se hay, TEL y un déficit de atención y muchas otras cosas que se encuentran dentro de un aula, hay una gran falta de ignorancia y egoísmo dentro de esta sociedad, hay muchos niños que son diferentes al igual que culturas y en teoría eso nos debe de enriquecer y al final solo lo usamos para diferenciarnos para creernos que somos un ser superior. Y solo demostramos la mierda de sociedad que somos vamos a manifestaciones de todo tipo día de la mujer, palestina etc, pero luego ven un niño con autismo y sin interesarse ni saber lo llaman mal educado. El problema de los colegios es que la ley está mal, faltan medios y profesores, y las familias realmente integrarse en los centros y no solo preocuparse por sus hijos.