La psicóloga transpersonal Marly Kuenerz (Rio de Janeiro, 1940), imparte este viernes en Espai Buit, Palma, una sesión en la que explicará los beneficios de su método ‘El juego de la atención’, perfeccionado tras décadas de investigación y trabajo práctico.
¿En qué consiste ‘El juego de la atención’?
—Es un recorrido por todas las etapas y las referencias que hemos acumulando a lo largo de la vida. Uno guarda en el inconsciente los impactos que ha tenido y pasan a ser la referencia para hacer una lectura de los acontecimientos y de cómo se juzgan. Esas memorias aún están vigentes y les podemos dar un significado constructivo. Es como pasar un peine para desenredar los nudos que se han quedado en la vida.
¿Qué puede aportar a la vida de una persona desbloquear ciertos conocimientos de sí mismos?
—Pasas a ser mucho más dueño de tu vida, porque la vida da cosas hechas como el género, la familia que tienes, el lugar donde naces; pero el significado que le das a lo que te pasa va a depender totalmente de tus recuerdos. Entonces, si conoces tu interior, puedes hacer una lectura más objetiva y manejar tus emociones de una manera mucho más constructiva. Mucha gente ni siquiera es consciente de que lo que les rige emocionalmente es el inconsciente. Hay un beneficio de bienestar, de ver la vida y a uno mismo desde una mirada más compasiva.
¿Se puede crear resistencia?
—Todo el mundo tiene resistencia a mirar para adentro porque cree que va a encontrar dolor y trata de evitarlo, pero por mi experiencia lo que se encuentra es un tesoro y un potencial que no se ha estado usando hasta ahora. Por eso es importante conocer la mente y cómo funciona, porque sino es como tener un ordenador muy potente que no se sabe usar. Puedes encontrar impactos que te han asustado, pero al verlo desde un ángulo nuevo ves la utilidad que ha tenido para ti y, aunque duela, lo usas a tu favor.
¿Ha tratado a gente que ha querido dejar de saber?
—El que viene a un psicólogo es porque quiere mirar, porque tiene algo que le ha impulsado a cambiar. La gente de la calle se puede interesar por lo que decimos, pero lo que me buscan han comprendido la importancia de esa mirada. El mero hecho de que la gente haga el esfuerzo de mirar para mi es un buen resultado. La supervivencia está ahí fuera, pero lo de dentro se queda olvidado, es como entrenar un brazo y abandonar el otro.
¿Qué es lo más profundo que ha descubierto con su propio método?
—La importancia de la información que está en el inconsciente, que es vital para la vida anímica de la persona. También, la importancia de una visión compasiva, que no significa blanca, tiene mucha firmeza, pero con menos juicio y critica y más búsqueda de soluciones. Cambiar la energía que se gasta en criticar y culpar en construir.
¿Qué diferencia la psicología transpersonal de otras corrientes o disciplinas?
—La psicología transpersonal es holística, incluye la psicología clásica, con todas sus escuelas y periodos, y además se interesa por lo que va más allá del personaje. Se preocupa por lo que necesita la persona y lo coloca en un contexto mayor. Cada uno vivimos nuestro culebrón, con esta psicología tratamos el culebrón pero lo ponemos en algo mayor, porque nuestra vida física es corta.
¿Algo mayor?
—Al ser consciente de que vivimos en un espacio infinito es mucho más fácil visionar las dificultades de la vida, porque se ven como algo temporal y pasajero. El culebrón es solo una pagina del libro, no el libro entero. La psicología transpersonal intenta también entender lo que es incomprensible. Hay muchas cosas de la mente que son espectaculares, casi mágicas y que no sabemos cómo funcionan, como la precognición, cuando se reacciona a estímulos que aún no se han experimentado.
¿Cómo se le ocurrió este método?
—Desde hace mucho tiempo he buscado cosas novedosas, llevo años trabajándolo y todo lo que me ha servido para algo lo he ido uniendo en un método con principio, nudo y fin, siguiendo una cronología; porque hay problemas en todas las etapas vitales. Empecé hace 30 años y hace diez que está terminado por completo. Lo fui mejorando a lo largo de los años. Hice un grupo con más profesionales en el que tratábamos un tema y cuando pasábamos al siguiente, el nuevo tema pedía otra solución. Así se fue armando todo.