Ilia Traber, un magnate ruso, que compró una mansión en Valldemossa, se sentará en el banquillo de los acusados acusado por la Fiscalía de blanqueo y por vínculos con la mafia. El Ministerio Público reclama al encausado una condena de cinco años de cárcel por ambos delitos y el pago de siete millones de euros en multas.
Traber fue durante años un cargo público en San Petersburgo, controló el puerto de la ciudad y llegó a tener bajo su paraguas al presidente ruso, Vladimir Putin con el que le une una estrecha amistad, al punto que era un invitado habitual a las fiestas de cumpleaños del dirigente. La investigación a Traber arrancó a la vez que la macro operación en torno a Gennadios Petrov, detenido en Sol de Mallorca en 2006 y luego fugado a Rusia. Sin embargo, las actuaciones se retrasaron porque Traber siempre ha estado en San Petersburgo, lo que ha dificultado la actuación. Ambos junto al diputado en la Duma, Vladislav Reznik, que sí fue juzgado y absuelto, serían los tres principales responsables, según la acusación de la trama.
De Traber se sospecha que era el contable de la Tamboskaya, la organización que controlaba el puerto de San Petersburgo a partir de la caída de la URRS. TAmbién a través de una compañía de petróleo. Incluso se le menciona en informes rusos en torno al ataque con lanzagranadas contra el director de una compañía rival. La Fiscalía sostiene que, a partir de 1996 comenzaron a mantener una estructura en España. Aunque la pieza principal de la operación Troika terminó con Petrov fugado y una absolución generalizada, el auto de apertura de juicio oral, sí menciona una condena contra una mujer vinculada a otro de los máximos dirigentes de la mafia rusa.
Los encontronazos de Traber con la justicia española han estirado la duración de la causa, con varias peticiones de archivo por su parte y un tira y afloja para poder declarar por videoconferencia tras estar varios años en busca y captura. Además protagonizó un episodio de amenazas al fiscal encargado del caso, que llevó a que la Fiscalía general del Estado reclamara un incremento de las medidas de seguridad.
La principal actividad económica que Traber llevó a cabo en Mallorca fue la compra en 2000 de una vivienda unifamiliar con piscina en Valldemossa en una parcela con una extensión de 1.442 metros cuadrados. La operación se inscribió por 1,6 millones de euros. Además, compró en Palma dos vehículos de lujo, un Mercedes y un Jeep.
Siempre se ha dicho que lavar dinero es un trabajo sucio