El mundo de la política se despidió ayer de Pere Sampol. Desde correligionarios de la izquierda nacionalista o socios del Pacte de Progrés a coetáneos situados en polos ideológicos opuestos, todos coinciden en reconocer la importancia de una figura clave para la historia política de Baleares de las últimas décadas.
«Hablamos de una trayectoria política excepcional, de una persona que fue capaz de hacer posible por primera vez en Mallorca una organización política nacionalista, consolidarla y darle continuidad», señala el ex conseller de Cultura, Damià Pons, histórico del PSM y compañero de armas de Sampol. «Era capaz de combinar las convicciones con la eficacia, de traducir las ideas que generaba en propuestas prácticas».
Un perfil político que tal vez debía su parte más analítica de su formación como ingeniero electrónico, pero que se complementaba con un discurso muy humanista, reflexiona Pons para señalar que en estos últimos años Sampol veía con «cierta frustración» la evolución de la realidad actual mallorquina y de problemas como el crecimiento demográfico, la amenaza medioambiental o la lucha por la lengua y cultura catalanas. «Veía con preocupación y algo de irritación que todos los esfuerzos que habíamos hecho no habían tenido los frutos deseados».
Al igual que Pons, Sebastià Serra había sido uno de los miembros de la vieja guardia de la izquierda nacionalista que había estado compartiendo con Sampol encuentros y comidas en los que analizaban la situación política actual. «A veces lo veía todo con perplejidad y ciertas dudas, pero también con optimismo». Para Serra, diputado en las dos primeras legislaturas del Parlament, Sampol fue «un hombre clave a la hora de buscar alternativas organizativas» y que «aportó una gran dignidad y un estilo de trabajo a la vida institucional». Explica que el hecho de «sentirnos una minoría» alimentaba un sentimiento de compañerismo y solidaridad «mayor que el que existe a día de hoy». Serra explica con pesar que la siguiente comida entre antiguos compañeros «debía ser en mi casa, pero ya no podrá ser».
Aina Salom, ex consellera de Salut del PSIB, define a Sampol en lo personal como «muy amigable, muy cercano y con un gran sentido del humor». En la vertiente política, lo describe como una figura «decisiva por su experiencia para la formación del primer Pacte de Progrés». Una generación que está perdiendo a muchos de sus integrantes más célebres, lamenta Salom. «Parece que poco a poco estemos desapareciendo», señala antes de dedicar un recuerdo para Joan Mesquida y Francesc Antich.
En similares términos se expresa Francesc Triay, otro histórico del PSIB, quien admite que se encontraba consternado por una noticia que le había cogido totalmente por sorpresa. «Hizo un trabajo insustituible. Participó muy activamente en el cambio de los gobiernos de derechas hacia los pactos de progreso».
Joan Mayol, ex conseller de Agricultura del PSM, lo define como «un buen político, un buen amigo y una gran persona, muy valiente». Desde el PP, Rosa Estaràs, pone en valor una figura a la que reconoce haber admirado pese a la distancia ideológica que los separaba. «Era muy afable en lo personal y capaz de contagiar a todos lo que sentía. Representaba, junto con Cañellas y Antich, una era y una manera de hacer política con respeto y principios. Fue una época de grandes políticos. Para mí ha sido un disgusto muy grande».
Por su parte, la presidenta del Govern, Marga Prohens, y el resto de miembros del Consell de Govern, expresaron ayer su pésame por el fallecimiento de Sampol, de quien destacaron su compromiso con la cultura, la lengua y la defensa del territorio. «Fue un servidor público comprometido con la defensa de Baleares», declaró la presidenta. Por su parte, la patronal de comerciantes AFEDECO se sumó a los pésames por el fallecimiento de un político crucial para impulsar la Ley de Comercio y para la modernización de todo este sector económico. «Su visión y compromiso han dejado una huella imborrable en el sector comercial de las Islas», subrayó la asociación.
ABBPorque ? que tenemos que ver con los catalanes ? ni que hubieran conquistado Mallorca