«Los niños de 12 años también son niños y merecen tener una familia»

Sheila, que vivió en un centro hasta encontrar un ‘hogar canguro’, habla de la mochila que cargan 500 menores en Mallorca

Sheila Arcas Parra, ha vivido los últimos seis años con una familia de acogida.

Sheila Arcas Parra, ha vivido los últimos seis años con una familia de acogida | Foto: T.Ayuga

| Palma |

Sheila Arcas Parra cumplió el pasado domingo 6 de abril 18 años. Vive desde los doce con una familia canguro en Alcúdia. Habla de una realidad a la que se enfrentan más de 500 niños en este momento en Mallorca. Acabar con el estigma es la clave del cambio.

Viviste varios años en un centro de menores antes de ser acogida. ¿Por qué es importante que las familias se decidan a ser 'canguros'?
—Porque los niños no tienen la culpa de acabar donde están. El centro no es que sea desagradable ni malo. Te cuidan y llevan al cole, pero no lo mismo que pasar a tener un padre una madre y hermanos, una familia en la que puedes seguir haciendo tu vida. Acoger es una cosa muy bonita. Te llevas al niño, le ayudas educas y crías como tú quieres.

¿Por qué crees que las cifras de acogida son tan bajas?
—Puedo entender que es difícil tener un niño. No es sencillo acoger y más si ya tienes hijos, pero uno más en la familia no hace daño. Les diría que siempre sacarán algo para que otra persona, sabiendo que ha pasado por lo que ha pasado, pueda vivir con ellos, sea pequeñito o adolescente. Los niños se lo van a agradecer siempre cumplirán los 18 y no olvidarán nunca quien les sacó.

¿Qué les dirían a las familias para que entren en el programa?
—Animo a la gente a que se apunte. Si te gustan los niños y ayudar, tienes que hacerlo sin pensar. No hacen falta tener un montón de cosas o de espacio. Con una casa que le haga reír y ser feliz, el niño querrá estar ahí y estará bien. Es muy importante que siga habiendo gente que se apunte porque hay muy poquitas familias canguro. Espero que la gente se anime a hacer feliz a un niño, que le dé lo que no han podido darle sus padres.

¿Crees que tienen miedo del momento en el que tengan que despedirse?
—Es verdad que el momento de despedirse es un poco duro, pero sabes que lo que has hecho ha servido para algo. Los niños son muy transparentes y si están bien se va a notar. Los que están en centros no tienen porqué seguir ahí dentro, como mínimo les pueden sacar un día a la semana. Yo empecé así, venía el fin de semana y algún día me quedaba a dormir, hasta que al final me dieron la sorpresa y me acogieron.

¿Te daba miedo quedarte sola al cumplir los 18?
—No miedo, pero días antes de cumplir los 18 sí que tuve ciertos pensamientos. Sabía que mi familia no me iba a dejar sola. No tienen obligación de seguir cuidándome, pero esta familia me ha añadido como una más y valoro el esfuerzo que han hecho los padres y hermanos. Yo también me he esforzado para conseguir estar donde estoy.

¿Qué le dirías a los niños que aún siguen en centros?
—Que no se rindan, que hay que luchar, por muy difícil que sean las cosas. Todos llevamos nuestra mochila, pero ahora soy una más y eso es lo que importa. Les diría a esos niños que luchen, que pidan una familia de acogida, que lo hablen… Yo con 12 años dije que quería sentirme parte de una familia y luché. Después de siete años estoy de maravilla. Lo único que quieren los niños es sentirse seguros y queridos. Si hay alguna familia que está dudando, le diría que tire adelante sin miedo porque ayudar a los niños que lo necesitan te hace sentir mucho mejor. Que pregunten lo que necesiten preguntar, que vayan donde tengan que ir y que lo hagan.

Los centros de acogida están más llenos que nunca
—Sí. Hay muchos niños que están cansados y que quieren salir y ver un poco de luz. No es lo mismo tener un papá o una mamá que estar en un centro. Deprime y no te deja sonreir. Vas a cualquier centro de acogida y lloras, porque hay muchos niños y niñas y la mayoría son chiquititos y no se merecen estar tanto tiempo ahí. Si ayudas a darles una vida mejor no te arrepientes nunca. Es lo más bonito que se puede hacer.

¿Cómo lo viviste tú?
—Yo estuve en un centro primero ocho o nueve meses y luego en otro, hasta cumplir los doce y un día fui al despacho y dije que estaba cansada de estar ahí y que quería sentir lo que era una familia . Me dijeron que sería difícil porque tenía 12 años, pero hay que entender que los niños de 12 años también son niños y merecen que una familia les ayude. En Navidad me dieron la sorpresa y la sonrisa y lo que lloré ese día explica lo que vale. Llevo casi 7 años y no hay día que no agradezca la vida que tengo.

¿Te gustaría ser mamá de acogida en el futuro?
—Alguna vez lo he pensado. Ahora mismo no, pero si en algún momento de mi vida , cuando ya esté asentada, sigue habiendo tantos como ahora sí que pensaría en acoger uno. Muchas veces se lo he dicho a mi madre. Si ella lo deja yo quiero seguir el camino y convertirme en familia canguro si puedo en ese momento de mi vida.

2 comentarios

punxo punxo | Hace 3 meses

A sa foto, la distància que s'han agafat per paralos i tumbones PRIVADES és ABUSIU. Roben espai PÚBLIC. La platja és de TOTS !!! no només pels turistontos !!!

May May | Hace 3 meses

Cuánto hay detrás de éstos acogimientos... En algunos casos se convierte en negoció y los responsables tienen conocimiento. Cada niño, lleva una paga bajo el brazo no es solo por altruismo. Diríamos, qué el past@r y las ovejas.

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