Memòria de Mallorca ha registrado un escrito ante el Gobierno central en el que solicita que el monumento de sa Feixina sea incluido en el censo estatal de simbología franquista, tal y como prevé la ley estatal de Memoria Democrática. «Esta inscripción es un paso necesario para que se asuma, desde el ámbito estatal, la naturaleza franquista de este símbolo y se actúe en consecuencia», dice la asociación de víctimas de la Guerra Civil y la represión franquista.
Muestra además su «profundo desacuerdo» con la decisión del Ajuntament de Palma y el Consell de Mallorca de proteger el monumento. «Por mucho que se quiera disfrazar de democrático o justificar que es un elemento ‘protegible’ sigue siendo un monumento franquista que vulnera la memoria democrática de nuestro pueblo y ofende la dignidad de miles de víctimas civiles inocentes que fueron bombardeadas por la tripulación de este crucero militar que se honra», reflexiona.
Recuerda que su asociación «ha estado presente desde el inicio del proceso judicial relacionado con este monumento, personándose en la causa y recurriendo todas las resoluciones judiciales hasta agotar todas las instancias, incluyendo el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional en 2023». A consecuencia de esta lucha la entidad ha sido condenada a pagar 2.000 euros en costes judiciales, una carga que califica de «desproporcionada» para una asociación sin ánimo de lucro formada por voluntarios y que se financia únicamente con las cuotas de sus miembros.
A pesar de los contratiempos, Memòria deja claro que «no desfalleceremos en la defensa de la verdad, la justicia y la reparación por las víctimas del franquismo, ni en la denuncia de la presencia de simbología franquista en espacios públicos». «Continuaremos luchando por una memoria democrática que honre a las víctimas y rechace cualquier forma de blanqueo del fascismo», concluye.
En los últimos años se han dedicado homenajes de hecho a los desgraciados que sufrieron el bombardeo de los nacionales, pero no a los represaliados por los republicanos (el asesinato de cerca de 3.000 considerados derechistas). Ha habido muchos escritos y actos sobre la carretera de Málaga-Almería, pero no sobre lo que había ocurrido antes. El hundimiento del crucero Baleares ocurrió la noche del 6 de marzo de 1938 durante la batalla naval de Cabo Palos. Tras el hundimiento del Baleares acudieron dos destructores ingleses (el HMS Kempenfelt y el Boreas, que divisaron la columna de fuego a 40 millas) que intentaron salvar a cuantos náufragos pudieron mientras la aviación republicana les hostigaba incesantemente. No fue precisamente humanitario, pero se trataba de una guerra. Y de algo más: era una venganza. En total murieron más de 700 hombres del Baleares, mayoritariamente naturales de estas islas, a causa de la explosión, el hundimiento y las bombas. Sin rastro ya del Baleares, el Canarias acudió al lugar por la mañana para ayudar a rescatar a los supervivientes de su desaparecido buque gemelo junto a los dos destructores británicos, momento en el cual apareció en el cielo una formación de Katiuskas republicanos que bombardeó a los tres buques causando muertos incluso entre los propios ingleses. Si unos no fueron humanitarios, como denominar a los otros y viceversa. Existe un grave problema de fondo en todo el planteamiento de la Memoria Histórica que seguirá rebotando ya sea en los callejeros, en edificios, en monumentos o en otros aspectos. Tal vez el monumento de “sa feixina” no es un homenaje al crucero, sino un recuerdo de los que perecieron en la batalla o asesinados en alta mar. No discutiré los muertos en acto de guerra durante el ataque contra el crucero Baleares. ¿Pero contra los supervivientes de los que solo emergía la cabeza en el mar?. Tuvieron que ser buques extranjeros, no participantes en la contienda, los que sacaron y dieron auxilio a los marineros del Baleares e incluso a costa de ser atacados, con perdidas de vidas inglesas, por los barcos republicanos y posteriormente por la aviación rusa. Como verán, la cobardía del bando republicano es doblemente culpable, pero esta cobardía y esta sed de venganza, se tenía que tapar de alguna forma, dando la culpa a un buque que en el momento del hundimiento iba cargado de soldados. Mi agradecimiento por su pasión por la historia, por entender que no se deben avivar las brasas, que los políticos actuales vuelven a soliviantar y engendrar la división de la ciudadanía.