Resulta complicado recordar su nombre, pero su historia a buen seguro que a muchos mallorquines con memoria histórica les viene a la cabeza. Fue en la década de los 60 del pasado siglo, en pleno 'boom' turístico, cuando una persona vinculada a la familia real de Kuwait, el pequeño emirato del Golfo Pérsico rico en petróleo y demás recursos minerales, desembarcó en la Isla dispuesto a expandir sus ya crecientes negocios inmobiliarios y turísticos en otros rincones de Europa y de su entorno.
Mubarak Abdul Aziif Al Hassawi (Kuwait City, 1925-2005), banquero y cuñado del jefe de la casa real de aquel país, vio en una Isla todavía virgen en numerosos parajes y con enormes posibilidades de crecimiento un escenario de negocio que acabó frustrándose. Miembro del Parlamento kuwaití y responsables de la Comisión de Asuntos Exteriores, se abrió a otras vertientes de negocio como la relacionada con la refrigeración o los aparatos de aire acondicionado.
The Commercial Real Estate Center Company, fundada en 1959, fue la columna vertebral de su imperio, que en las ramas de la construcción, la inmobiliaria y la hostelería, fue creciendo en en ámbito del Golfo Pérsico y Oriente Medio. Baréin, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí o Líbano fueron algunos de los escenarios de su expansión, dando el salto a Europa a través de Reino Unido o Alemania, e incluso a Estados Unidos.
Pero fue Madrid la escala previa a su aterrizaje en Mallorca, donde fue amontonando un patrimonio territorial importante en un momento en el que la protección de los espacios naturales estaba fuera de todo control. Se hizo con fincas y terrenos emblemáticos como Son Jaumell, Es Pins Campaners, Cala Mitjana, Capocorb o Ses Planes, Cala Torta, a través de la sociedad Cala Cristal SL, fundada en 1965. Unas zonas de enorme valor estratégico y paisajístico que iban a ser objeto de sus negocios.
La presencia de Mubarak Abdul Azif Al Hassawi fue constante por Mallorca, vigilando sus negocios y propiedades o de crucero, durante los años en los que intentó dar forma a sus faraónicos proyectos, que toparon con la normativa, la oposición popular y social y la figura de Martí Ferriol, el administrador mallorquín que fue años después denunciado por su hija, Fawziah Mubarak Al Hassawi, por una estafa que superó los 2.000 millones de pesetas en referencia a aquellos negocios del ilustre kuwaití en Mallorca.
Unos pleitos que son también recientes, pues la familia Al Hassawi (encabezada por la hija de Mubarak Abdul Azif Al Hassawi, Fawziah) se ha querellado a su vez contra el que era hasta ahora el administrador de sus propiedades en Mallorca, acusándole de un fraude próximo al medio millón de euros por espacio de cinco años.
Primero de deshicieron de Capocorb, y tras esta operación de venta al Govern de los terrenos de Son Jaumell, Cala Mitjana, Cala Torta y Es Pins Campaners, en los municipios de Artà y Capdepera y que plasma su intención de liberarse de patrimonio en Mallorca, ya sólo tienen como legado y huella en la Isla a la que llegaron hace seis décadas Ses Planes. El último reducto de aquel sueño lejano y frustrado de la familia Al Hassawi.