Científicos del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (Ifisc) -perteneciente de al CSIC y la Universitat de les Illes Balears (UIB)- y del Instituto Copérnico de Desarrollo Sostenible de la Universidad de Utrecht han participado en un estudio para identificar los patrones de comportamiento de las plantas en base al estado de su ecosistema. La investigación se ha publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)' y en ella se descubre un «notable mecanismo de resiliencia» que permite las plantas sobrevivir en entornos extremos, según ha explicado la UIB en un comunicado.
Este estudio se ha centrado en el caso de la posidonia oceánica y se ha detectado que, en lugar de formar praderas uniformes, estas plantas se organizan en patrones que se desplazan y evolucionan con el tiempo. De este modo, las plantas «reducen la competencia» y «potencian la cooperación», con lo que «mejoran en última instancia la salud de todo el ecosistema». El centro universitario ha apuntado que las plantas modifican de manera natural el suelo que las rodea al absorber nutrientes, dejar residuos o favorecer la acumulación de patógenos. Todo este proceso puede reducir las posibilidades de supervivencia de las plantas que les rodean.
En el caso de la posidonia, se ha comprobado que a medida que las plantas muertas se descomponen, liberan sulfuros que se acumulan alrededor de las raíces y envenenan al resto de plantas. «Se ha observado que la posidonia oceanica tiende a desplazarse hacia zonas con niveles más bajos de toxinas», ha explicado el responsable del estudio en el Ifisc, Damià Gomila. El científico ha indicado que esto conduce a la formación de patrones a gran escala en el paisaje pero ha añadido que lo «fascinante» es que estos patrones «no son estáticos, sino que evolucionan lentamente, al recorrer unos centímetros al año».
Pese a que los científicos ya habían observado formaciones de anillos simples, este nuevo estudio muestra que también se producen disposiciones más complejas, como caos espaciotemporal, anillos concéntricos y rayas periódicas en movimiento. Las formas de estos patrones proporcionan pistas sobre la salud de la pradería, ya que, en condiciones óptimas, las plantas forman una pradería uniforme y sana.
A medida que aumenta el estrés ambiental, los patrones pasan de un estado uniforme a un caos desordenado, después evolucionan hacia espirales y, finalmente, se asientan en rayas periódicas en movimiento. Justo antes de que el ecosistema se colapse, solo quedan anillos y rayas aisladas. El investigador del Ifisc, Pablo Moreno-Spiegelberg, ha sostenido que la transición de la orden al caos y después a patrones distintos, es como "un sistema de alarma visual que indica el estado de salud de la pradería".