La pensión de jubilación es una de las medidas que planificamos con más previsión en nuestra vida. Desde que comenzamos a trabajar, destinamos parte de nuestra nómina a nuestra futura paga para el día que nos retiremos. Incluso hay personas, que son aún más previsoras, y tienen un plan de pensiones. Uno de los motivos por los que deciden invertir en este producto financiero es por el temor a que no haya pensiones cuando les toque retirarse. ¿Está justificado este miedo?
Pau A. Monserrat, miembro del CES, profesor de la UIB y economista de Futur Finances, tiene claro que «tendremos una pensión pública al jubilarnos, pero nos tendremos que jubilar más tarde. Esto se debe a que cada vez hay más gente mayor, por lo que percibe más años su pensión; al tiempo que cada vez hay menos jóvenes trabajando. Además, éstos últimos cada vez ganan menos, por lo que aportan menos».
En este punto, Monserrat advierte que «si no hay cambios nos tendremos nuestras pensiones públicas serán más bajas». Ante este situación aconseja hacerse un plan jubilación privado. A su modo de ver, es fundamental «ser capaces de invertir bien nuestro dinero para que la rentabilidad que le podamos sacar nos ayude a tener un complemento a nuestra pensión pública, que nos permita vivir mejor». En relación a esto, precisa que «la pensión pública española es muy generosa» en comparación con otros países, como Alemania, pero lamenta que no sabemos invertir bien nuestro dinero para tener un complemento en la jubilación.
Bajar las pensiones
El citado economista insiste en que «no vamos a dejar de tener pensiones», pero defiende en que «el Gobierno debe comunicar bien a los ciudadanos que tienen que empezar a responsabilizarse de completar esa paga pública con inversiones a largo plazo y eso no lo está haciendo. Parece que tenemos derecho a una pensión que nos permitirá vivir tranquilamente y eso no es cierto». En su opinión, «hay que reducir el importe que se paga a los pensionistas, al menos, a aquellos que las tienen más altas y adaptarnos a las capacidades que tiene el sistema. De lo contrario, cada vez es más caro trabajar, ya que los que están en activo pagan las pensiones de los que están jubilados: esto genera una lucha generacional».
Aguiló: «Desde un punto de vista técnico, el sistema de pensiones ya está quebrado»
Por su parte, Pep Ignasi Aguiló, economista y profesor de la UIB, considera que «desde un punto de vista técnico, el sistema de pensiones ya está quebrado. Sin embargo, la potentísima fuerza electoral de los pensionistas hace pensar que se mantendrá, tal vez, con algunas restricciones más, pero básicamente igual. Por tanto, continuará siendo un sistema de reparto».
A su entender, «el problema de este sistema, al igual que el sistema fiscal, es que lejos de incentivar el ahorro, lo desincentiva. Y el ahorro es la base del bienestar del futuro. Este es uno de los motivos por el que la economía española lleva tanto tiempo atascada». Por tanto, asegura que «sin reformas, la economía española continuará perdiendo posiciones. El sistema de pensiones se mantendrá más o menos en los términos actuales, aunque con algunas mayores restricciones que dificultarán su acceso».
Aguiló resalta que «ya se están generando dos categorías sociales. Una es la de aquellos que han tenido un trabajo estable durante su vida laboral y que gozarán de buenas condiciones de jubilación. La otra es la de aquellos otros que no gozarán de los mismos privilegios. Estas son tendencias que ya están en marcha, no hay que esperar a que sea así».
El profesor universitario señala que «el Gobierno debería incentivar el ahorro en todas sus formas. Ese es el elemento clave de prevención para el futuro. Para ello, habría que haber realizado reformas fiscales para favorecerlo y, al tiempo, introducir elementos de sostenibilidad en el sistema. Esto implica, claro está, que las ventajas fiscales de los planes de pensiones privados no estén tan absurdamente limitadas como sucede ahora». «Del mismo modo, no cabe duda que el crecimiento económico es la mejor garantía para cualquier sistema de pensiones, con independencia de que sea de reparto o de capitalización. Pero para conseguirlo y sostenerlo en el tiempo hace falta, una vez más, ahorro. Así que el fomento del ahorro es, como hemos dicho, la clave de todo», resalta.