Algunas de las frases pronunciadas por el hotelero mallorquín Gabriel Escarrer Juliá reflejan su filosofía de la vida y del trabajo, y la visión de negocio que lo convirtió en uno de los principales empresarios turísticos del mundo. Definido a sí mismo como «un hotelero de vocación», la siguiente recopilación de frases procede de extractos de la biografía que publicó en 2021, con la periodista Isabel Durán; de su intervención en el consejo de administración de Meliá Hotels International en 2016 en el que delegó en su hijo, y de su lección magistral 'Ocio, negocio y oficio'.
- «Nunca imaginé, cuando decidí hace más de medio siglo iniciar esta apasionante andadura en la industria hotelera, que en este tiempo pudiera levantar una empresa de la importancia que hoy tiene Meliá Hotels International. Presente ya en 45 países, con un portfolio de más de 380 hoteles, más de 200.000 camas y más de 45.000 puestos de trabajo creados, puede decirse que nuestra empresa es hoy un referente de primera magnitud en el sector turístico». -
«Mi trayectoria empresarial tuvo unos comienzos difíciles y acompañados de no pocos sacrificios, y estuvo caracterizada por una tenacidad, una constancia y una dedicación totales».
- «La historia de Meliá Hotels International ni la he escrito en solitario, ni se podría escribir si en ella no dejara constancia de mi gratitud y reconocimiento hacia quienes me han acompañado en este largo y fructífero camino. Mi honor ha consistido en haber ocupado el vértice de la responsabilidad y el riesgo».
- «Quienes me conocen saben de mi vocación por la arquitectura, una de las dimensiones que más me apasionan de mi profesión de hotelero. Podría decirse que soy un 'arquitecto frustrado'. En mi humilde opinión, el verdadero lujo es el espacio. Mi objetivo es conseguir el efecto 'wow' en los clientes, hacer que la armonía del entorno se integre y forme parte de la experiencia de nuestros huéspedes».
- «En mi ADN empresarial siempre ha habido una máxima: no hay que esperar a que el cliente te elija, hay que salir a buscarlo. De ahí que desde el principio, y durante muchos años, dedicara diaria y casi religiosamente unas horas a la gestión comercial de la empresa, consciente de la importancia que tenía conseguir buenas ocupaciones a precios correctos».
- «La responsabilidad medioambiental debe ser el motor de la industria hotelera. Su arquitectura ha de ser sostenible y realizarse siempre que sea posible con materiales del lugar y ecológicos. Es imprescindible tener en cuenta la climatología para el diseño de los edificios: las ventilaciones cruzadas, el diseño de patios y de plazas con estanques que han de proyectarse tomando en consideración las últimas tecnologías de climatización. En los resorts, los jardines han de ser verdaderos paraísos donde la reforestación sea la clave».
- «Los cargos se alcanzan por merecimientos propios. Predicar con el ejemplo es una de las claves del éxito, por ello toda empresa lleva el signo o la impronta de quien la dirige y, cuanta mayor profesionalidad y productividad demuestren quienes están al frene, más profesionales y productivos serán quienes la componen».
- «Pienso si el título que se me confiere es más por mi deseo de aprender que por lo que realmente sé de esta ciencia nueva que es el turismo, a la cual he dedicado, sin escatimar nada, toda mi vida, con una vocación sin límites».
- «Me atrevo a tratar la naturaleza como un factor de la empresa turística, no como un producto para consumir, sino para contemplar y disfrutar físicamente e intelectualmente (...) Puede ser el más bello ornamento del turismo».
- «Aquí tenemos ejemplos eventísimos de cosas mal hechas, de naturalezas maltratadas, de paisajes degradados, de abusos desorbitados en nombre de la urbanización. Lo estamos pagando y nada se nos dará por hecho si no lo redimimos. Este amor ordenado no ha de impedir la consecución de una infraestructura moderna, aeropuertos dotados y equipados, autopistas bien trazadas, conducciones de agua y electricidad generosas, depuradoras que funcionen, prescripción absoluta de verter aguas negras al mar tanto si son depuradas como si no y, sobre todo planes, que arreglen lo que haya de censurable, mejoren las cosas regulares y configuren con imaginación el mañana, tomando el pulso al mercado futuro y con todas las técnicas posibles para presupuestar y planificar sin prisas pero también sin retrasos porque mañana, señores, es hoy con unas cuantas horas más».
- «El empresario ha de ser intuitivo, ha de saber que la mudanza del tiempo es inexorable e impone una evolución incesante. La profesionalidad es el fundamento del oficio, en el que se mezclan la vocación, la iniciativa, la capacidad, la inventiva, la gestión, la imaginación, el coraje, la constancia, la perseverancia y la ilusión; nervio y dureza para encajar y aprender, teniendo la certeza de que siempre hay novedades por asimilar y que por tanto el aprendizaje no acaba nunca; y de que ni el triunfo ni el fracaso vienen solos, siempre tienen acompañamientos que siguen la vida del profesional que gana y del que pierde, que el beneficio no es tanto una magnitud de satisfacción económica como la medida del valor profesional».
- «La calidad del ocio perdura y el precio se olvida».
- Sobre el oficio de empresario turístico «como embajador de paz y propiciador de los valores humanos»: «El turismo hermana países, acerca pueblos, borra diferencias de clases, genera prosperidad y lleva al amor por el conocimiento. El turismo procura la paz y es camino hacia la democracia con su secuela de protección de los derechos humanos».