Fernando Rubio gestiona el departamento del Consell de Mallorca que esta semana ha presentado la medida más ambiciosa de la legislatura: limitar la entrada de coches y establecer un cupo diario de vehículos que lleguen a la Isla. El conseller insular de Territori, Mobilitat i Infraestrucutures repasa cómo aspiran a reducir los atascos ahora que disponen de datos sobre la carga de la red viaria.
Su socio de gobierno, Vox, rechaza las principales medidas del estudio y dependerán de la oposición. ¿No les incomoda esta situación?
—De la reunión de portavoces políticos que tuvimos el jueves para tratar este asunto se constató que todas las fuerzas están dispuestas a estudiar el informe y trabajarlo para poder sacar adelante soluciones efectivas. Solo esto ya es muy importante. No tenemos miedo a las discrepancias y al sistema democrático y cada formación puede manifestar sus puntos de acuerdo y desacuerdo en un tema tan relevante. Lo importante es llegar a buen puerto, y estamos esperanzados en que habrá consenso para alcanzar unas buenas medidas.
Vox pide que se estime hasta qué punto aplicar todas las recetas del informe reducirían la congestión. ¿Encargarán otro análisis?
—Entendemos este planteamiento porque disponer de más datos será mejor para tomar este tipo de decisiones. Sobre todo cuando se está hablando de una regulación de entrada de vehículos a Mallorca. Recuerdo que hemos presentado el primer estudio de carga que se ha hecho, pero si todo esto sale adelante y culmina en una ley serán necesarios más estudios. Si se fija un techo máximo de coches, se tendrán que hacer estudios de carga cada año o cada dos. Y al aplicar las medidas, igual.
«Si se fija un techo máximo, se tendrán que hacer estudios de carga cada año o cada dos»
La oposición reclama calendarizarlas para ponerlas en marcha cuanto antes. ¿Se desarrollarán antes de que acabe la legislatura?
—Todo dependerá del ritmo de los grupos de trabajo y de la Comisión de Movilidad, que el próximo 11 de noviembre ya se reunirá y en la que hay representantes de la empresa que ha hecho el estudio, del Govern, de la DGT, del Ajuntament de Palma, del resto de municipios, técnicos y partidos. Se reunirán más veces y esto ya es un calendario muy importante. De lo que surja de ahí se elevará a la Mesa de Movilidad del Govern, en el que está representado todo el sector. No queremos implantar nada sin consenso. Lo que está claro es que los que trabajamos en este ámbito coincidimos en que se debe de mejorar el problema de los atascos. Y de ahí el estudio, porque era necesario tener datos objetivos, aunque algunos digan que no; teníamos que saber con detalle cuáles son los puntos más afectados y cuándo se producen más retenciones. Si queremos preparar un instrumento jurídico para establecer limitaciones, todo debe de estar muy bien argumentado y justificado.
En Mallorca sobran entre 93.599 y 122.397 coches y, como máximo, debería haber entre 834.263 coches y 863.061 como máximo. ¿Qué harán con ellos?
—Es el quid de la cuestión del estudio de carga. Ahora sabemos qué capacidad tienen nuestras carreteras. Hay una horquilla entre estas cifras que nos permite entrar a regular. Una de las medidas que se proponen es la limitación de entrada de vehículos, que es la que tendría más impacto. También se habla de una tasa asociada que busca un efecto disuasivo para evitar la masificación; el dinero recaudado debería destinarse a políticas de movilidad sostenible. Además de otras soluciones como el fomento del transporte público, crear aparcamientos disuasivos o monitorizar el tráfico. De hecho, estamos preparando un plan de monitorización basándonos en el del Consell de Menorca, que en ciertos espacios disponen de monitores vinculados a plazas de aparcamiento para cuantificar y saber si hay o no saturación y evitar que más gente vaya hacia el mismo lugar.
¿Algo así como los carteles que alertan de que un aparcamiento urbano está completo, pero aplicado a espacios masificados?
—Exactamente, para casos como el puerto de Sóller, el Cap de Formentor, el faro de Ses Salines o La Calobra. La idea es avisar antes para que en la autopista de Inca ya puedas saber a través de las señales informativas digitales cómo está el tráfico en Formentor. Lo mismo con el resto de casos. También quiero señalar que el estudio no es una imagen estática. Quizás dentro de unos años no importa limitar igual que ahora porque la situación turística cambia. En 2008, en plena crisis, estas medidas no se hubieran ni planteado. Por eso, cada año se analizará cuántos coches caben en Mallorca para poder evaluar qué hacer en ese momento. Además, no se aplicará ninguna media si un ayuntamiento no lo desea. Iremos en la línea que nos marque cada municipio.
En agosto de 2023 se produjeron de media 1,3 millones de desplazamientos al día, de los cuales el 81 % los hicieron residentes y el resto, turistas. Para notar algo deberán actuar más con los vehículos de locales, ¿no?
—El tema de la movilidad afecta a toda la sociedad y esto implica un cambio de mentalidad; yo el primero. Es un trabajo a largo plazo. Cuando sacas este tema todo el mundo te dice que hay que hacer algo. Es un punto de partida para tomar medidas. Invertiremos 45 millones en habilitar 60 kilómetros de viales cívicos para unir núcleos urbanos. También habrá una mejora del transporte público con la línea de tren a Llucmajor y los 150 millones ya anunciados para mejorar frecuencias del TIB. Todo esto contribuirá a una movilidad más sostenible.
«Los ‘rent a car’ también quieren que sus clientes puedan circular sin atascos por la Isla»
Han asumido gran parte del marco mental de la izquierda, pues Més y Podemos plantearon limitar los rent a car en la pasada legislatura, aunque que el PSIB lo rechazó y no se ejecutó. Ustedes siempre fueron contrarios. ¿Cómo explican su cambio de rumbo?
—La movilidad es un problema que es de todos, seas de izquierdas, de centro o de derechas. Cuando nos encontramos con algo así, de difícil solución, lo único que podemos hacer es analizar los datos, ver qué se puede hacer y tomar medidas valientes. Los ciudadanos de todo color político nos piden cada día que hagamos algo y, de hecho, nos han felicitado por ir en esta línea. Debemos abordar esta cuestión de forma sosegada y por eso esta semana ya nos reuniremos con el sector para conocer mejor su opinión. Los empresarios del rent a car también quieren que sus clientes puedan circular sin atascos. La tendencia turística, además, es que los visitantes vengan menos días a Mallorca y eso afecta a la movilidad porque en menos tiempo se mueven más.
¿Habrá traspaso de competencias en esta materia?
—No se puede hacer de un día para otro porque son muchos recursos y personal. Nunca renunciaremos a una competencia prevista en el estatuto, pero ahora tenemos suficiente capacidad y estamos centrados en el instrumento jurídico para poder tomar estas medidas.
El informe propone habilitar más carriles Bus-VAO. ¿Retirarán el contencioso contra el del aeropuerto tras los cambios que se aplicaron?
—Siempre hemos dicho que no estamos en contra de estos carriles, pero sí del que tenemos porque consideramos que no funcionaba y que no se escuchó el criterio de los técnicos del Consell tras el primer año de prueba piloto. Es cierto que después se han hecho pasos y la DGT ha pasado a un Bus-VAO por horarios; algo nos han escuchado.
Tal y como funciona ahora, ¿diría que sí funciona?
—No tenemos datos actualizados, pero el cambio evidencia que no estábamos equivocados.
El informe no propone crear nuevas infraestructuras o ampliar carriles en autopistas. ¿Replantearán proyectos previstos?
—No habla de trazados, se centra en la capacidad de carga. Los proyectos continuarán adelante y el tramo I es un clamor imparable que el PSIB apoya y que sigue un diseño soterrado para reducir su impacto y que, además, incluye un aparcamiento disuasivo.