En solo tres meses, la inmigración ha pasado de ser la novena preocupación para los españoles a la primera, según el CIS, y los expertos en cambio climático no dan crédito. «Aquí son menos del 5% de los turistas que llegan consumiendo todos los recursos», advierte Pau De Vílchez, presidente del Comité de Expertos para la Transición Energética y el Cambio Climático, quien asegura que la apuesta por este sector «ha provocado una importante pérdida del PIB y lleva al límite todos lo indicadores sociales de las Islas».
Tanto es así que «nuestro futuro está definido y determinado por la respuesta que demos al cambio climático», y por ahora, añade, no se está a la altura. De Vílchez habla de mejorar en energía limpia, en transporte asequible, con ciudadanos más activos y una economía local fuerte. «Hay que reducir emisiones para que deje de calentarse la atmósfera», indica.
Y es que existe un decalaje en el calentamiento global «ahora vivimos los efectos de lo que emitimos hace 20 años y si ahora paráramos las emisiones se calentaría hasta 2040 pero luego se frenaría», explica el experto.
El año pasado 50.000 personas murieron en Europa por olas de calor, pero «como sociedad no somos conscientes de la amenaza que supone para nosotros». Es más, un grupo político con representación, Vox, niega la aceleración del calentamiento global a causa del factor humano pese a «50 años de investigación científica. La ignorancia es atrevida».
A la hora de replantear prioridades, los expertos hablan de la importancia de ampliar las zonas verdes de las ciudades; de adaptar las viviendas a las altas temperaturas cambiando cristales o paredes porque «el aire acondicionado a tope satura la red eléctrica y se cae» o de apostar por pasar de la energía fósil a la renovable de forma cohesionada y transversal, ya que «el 60 % de nuestras emisiones vienen del transporte». Sin embargo todos estos factores no son competencia única de Mobilitat y queda camino por recorrer.