Es posible firmar un expediente académico notable y compaginarlo con otras actividades como el deporte, más a un nivel en el que entrenamientos y competiciones que llevan consigo desplazamientos cada quince días, e incluso en ocasiones semanales en función del calendario. Un ejemplo ilustrativo es el de Joan Roca Quiles (Palma, 2006), quien ha logrado una de las tres mejores notas a nivel balear tras las Pruebas de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (PBAU) sacando tiempo para su formación académica y deportiva.
Este joven de 18 años, que el próximo curso se trasladará hasta la ciudad condal para cursar un doble Grado en Matemáticas e Ingenería Informática en la Universitat de Barcelona, ha alcanzado una media de 9'78, lo que le ha abierto las puertas hacia unas ramas en las que se siente a gusto. Sus estudios en La Salle los ha alternado con su papel de portero en el equipo de fútbol que ha militado en la Liga Nacional Juvenil, antesala de la División de Honor y en la que esta campaña han competido equipos de las cuatro islas.
Admirador tiempo atrás de Ter Stegen y actualmente de Courtois, Joan Roca empezó en el Sant Jordi, para pasar en infantiles al CIDE y desde cadetes en La Salle. «Hemos entrenado cuatro días cada semana, más uno de gimnasio y los partidos, con viajes muchas veces, que suponían en algunos casos dedicar casi todo el fin de semana», asegura este estudiante ejemplar, que se esforzó para disfrutar de su pasión, el fútbol, sin perder de vista la importancia de sus estudios.
«Si te organizas bien, son perfectamente compatibles», asegura con rotundidad Joan, quien tiene claras sus prioridades y que juega a fútbol «porque me gusta», además de encontrar en el deporte «una ayuda para despejarme y activarme a la vez. Por ejemplo, había domingos que no jugaba o no entrenaba y me cansaba más estudiando. Pero cuando sí tenía cosas con el equipo, luego me costaba menos ponerme a repasar o hacer tareas», relata.
De momento, no se fija una profesión de cara al futuro, pese a las numerosas vías que sus estudios universitarios le ofrecen. «Me gustan las matemáticas y la programación, por eso algo el doble grado. Profesor no es exactamente lo que querría ser por ahora, pero veremos...», añade Roca, quien asegura que nunca, salvo motivos con gran justificación, «he dejado de estudiar ni de hacer deporte renunciando a ninguna de las dos cosas».
Y agradece la ayuda de sus profesores y de los entrenadores, en el último caso, «flexibles, aunque yo he ido a todos los entrenos», mientras que en La Salle ha encontrado siempre soporte por parte de sus profesores también, más en una sociedad en la que el deporte forma parte del día a día de muchos jóvenes, destacando que «valoran la constancia y el recorrido a lo largo de tus estudios». «Mucha gente va al gimnasio, otros juegan a pádel... En mi clase, incluso, hay compañeros que juegan a fútbol o practican taekwondo y son también muestras de que se pueden entrenar con un cierto nivel de exigencia y responder en los estudios», comenta Joan.
De la misma manera, lanza un consejo a quienes se encuentren en una situación similar a la suya. «La clave es organizarse y tener fuerza de voluntad», explica. «A lo mejor llegas cansado de un partido o un viaje y lo dejas un poco. Pero hay que organizarse, con un calendario real, que puedas cumplir. Así podrás conseguir tus objetivos», apostilla.
En su nueva etapa en Barcelona, quiere seguir jugando a fútbol, aunque sabe que con un doble grado va a resultar complejo. «No es mi idea dejarlo, aunque será a otro nivel. El deporte me da el equilibrio necesario para los estudios y la vida. Y, no voy a descubrir nada nuevo, es saludable y, en mi caso, forma parte de mi día a día» concluye uno de los mejores estudiantes de Baleares en el curso 2023/24 y un ejemplo de que es posible estar y cumplir en esos dos frentes.