Jornada movida la de este lunes en el servicio de Urgencias del hospital Son Llàtzer donde a mediodía, y durante buena parte de la tarde, ha habido un pico de cerca de 180 pacientes a la vez, a la espera de ser atendidos. No sólo eso, casi medio centenar de personas han estado pendientes de ingresar en planta.
Según fuentes consultadas del IB-Salut no se trata de un incremento de las urgencias sino de un problema en la prolongación de los ingresos que han tardado más de lo habitual en ser dados de alta. En este sentido, desde el Servei creen que a lo largo de la jornada del martes se solucionará este primer tapón del verano.
El personal sanitario que denuncia esta situación, recrimina a la administración y a la gerencia del centro que se mantengan cerradas las camas de la unidad 1D en un escenario en que serían necesarias.
Sin embargo, empieza el plan estival de personal, los trabajadores están en periodo de vacaciones, y con el problema, generalizado a nivel nacional, de falta de profesionales, se hace imposible cubrir las vacantes para atender todas las camas a disposición de la ciudadanía.
Hace dos semanas, el sindicato de Enfermería SATSE de Balears calculó que el hospital Son Llàtzer cerraría un total de 53 camas este verano por falta de personal para mantenerlas abiertas, si bien es cierto que contaron con el compromiso de Salut de usarlas igualmente si se hacía necesario. En la tarde de este lunes, sin embargo, se prevé que queden una treintena de pacientes pendientes de ingreso.
A diario, este centro sanitario atiende de media a unas 350 personas. El incremento de urgencias es sostenido en el tiempo desde que terminara la pandemia y no sólo afecta a este hospital que, junto a Son Espases, han vivido recientemente sus picos de demanda históricos.
Punto de vista
Salut cierra este verano unas 150 camas hospitalarias
El Sindicato de Enfermería SATSE ha hecho recuento de las camas que cerrará cada hospital este verano al no tener personal suficiente para cubrirlas. A estas alturas del año la bolsa de enfermería está agotada y tampoco hay médicos disponibles. Esto se traduce en el cierre de 150 camas de forma progresiva sobre todo en los meses de julio y agosto que coincide con la temporada alta turística, un tiempo en que la población flotante de la isla crece exponencialmente.