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Financiación: cómo desmontar el mito de una comunidad rica

Baleares se juega su futuro en medio de un debate político de alta intensidad

¿Un lujo de comunidad? Algunas estadísticas ponen a Balears como una de las comunidades con la renta per cápita más alta, pero hay muchos otros elementos que niegan esta evidencia. | Alejandro Sepúlveda

| Palma |

Baleares quiere tener voz en el debate sobre el nuevo modelo de financiación y quiere desmontar el mito de que es una comunidad rica. En realidad, no lo es, al menos en términos de recursos económicos del Govern, que cada año tiene un presupuesto inferior al de comunidades que se consideran pobres, como es el caso de Extremadura. Balears no es una comunidad rica, sino una comunidad donde viven algunos ricos y con un Govern más bien pobre porque recibe del sistema de financiación menos que otros territorios.

El actual modelo de financiación se puso en marcha en el segundo mandato de Francesc Antich y con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente. Supuso una mejora sustancial con respecto al anterior, también negociado en época de Antich, pero con Aznar de presidente. El objetivo era que Balears quedara en la media de financiación y la realidad es que se ha acercado mucho, aunque hay estudios económicos que discrepan al respecto. Según la Airef, queda por debajo de la medida; según Fedea, por encima.

Ahora que debe abrirse de nuevo la negociación del modelo de financiación, el anuncio de Pedro Sánchez sobre una financiación singular para Catalunya ha encendido las luces rojas en la Conselleria d'Hisenda. El vicepresidente del Govern, Antoni Costa, ya ha dicho que Baleares no aceptará un trato singular para la comunidad catalana y dice que el nuevo modelo de financiación debe pactarse entre todas las comunidades por igual.

El modelo de financiación fija los mecanismos que debe seguir el Estado para repartir entre las distintas comunidades autónomas el dinero que se recauda con los impuestos. Es decir, el dinero que se recauda en las comunidades autónomas va a Madrid a una caja común y desde allí se reparte a los distintos territorios. Hay dos excepciones: Navarra y el País Vasco. Estas dos comunidades funcionan al revés. Recaudan sus impuestos y después dan al Estado una parte por los gastos que realiza en esa comunidad en Policía o Defensa, por ejemplo. Ese es el modelo al que aspira Catalunya y así se lo ha hecho saber ERC a Pedro Sánchez y esa reclamación es la que ha soliviantado a comunidades diversas gobernadas tanto por PP como por PSOE.

El modelo vasco beneficiaría notablemente a Baleares, pero en las Islas solo reclama este sistema Més. Tanto el PP como el PSIB se han mantenido históricamente a favor de un modelo común para todas las comunidades autónomas. Si se mira la recaudación per cápita, la media que paga cada ciudadano de Balears en impuestos, ocupa la segunda posición por detrás tan solo de la comunidad madrileña. Sin embargo, cuando se decide después el reparto en Madrid, Balears está a la cola entre cinco comunidades autónomas que menos reciben.

Esa discrepancia entre lo que se recauda y lo que se recibe será una de las reclamaciones esenciales del Govern cuando finalmente se abra el debate sobre la financiación, una petición que también defendía la anterior consellera, Rosario Sánchez, ahora en el Gobierno central como secretaria de Estado de Turismo. Lo que pide el Govern es que se respete lo que llama el «principio de ordinalidad» de forma que una comunidad como la balear, la segunda que más aporta, esté también entre las que más reciban cuando se decida el reparto.

Pero además de esta petición, Baleares también planteará otra reclamación propia y, cuando se inicie el debate sobre la financiación, ya se prevé que habrá un choque de trenes entre las dos Españas, que no son la del PP y la del PSOE, sino la España vaciada y la superpoblada. Balears señala que el criterio de la población debe ser esencial porque las comunidades necesitan dinero para prestar servicios a cada vez más población, pero allí chocará con comunidades del PP, como Galicia, Castilla y León y Aragón, que piden que se aplique el criterio opuesto: el del despoblamiento. Estas comunidades alegan que es mucho mas caro prestar servicios en municipios muy pequeños y muy dispersos por el territorio.

El Govern también quiere que se tenga en cuenta otro elemento específico de Balears porque no cuesta lo mismo la vida en la Comunitat que en otros territorios de España. Los sueldos en las Islas son los mismos que en otras comunidades, pero el precio de los alimentos, de la vivienda y de otros muchos servicios es mucho más caro en el archipiélago. También lo es para el Govern, que paga más que otras comunidades por los mismos servicios que presta por lo que con el presupuesto disponible puede prestar menos servicios que otros gobiernos con el mismo dinero. Este es otro de los factores que se quieren incluir en el nuevo modelo de financiación.

El debate sobre el modelo de financiación llega con diez años de retraso, pero el Govern cree que es la oportunidad para mejorar aún más un modelo que ya supuso una mejora con respecto al anterior. Se trata de acabar con el mito de que Balears es una comunidad rica que se arrastra desde los comienzos de la autonomía y que deja frases como una de Felipe González cuando era presidente del Gobierno: «Habría que pagar por vivir en Baleares».

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