«Alargar la temporada turística me he cambiado la vida». Este es el testimonio de Jesús Gómez, jefe de bar del hotel Riu Concordia de Playa de Palma, que explica las importantes mejoras que ha supuesto en su vida esta nueva tendencia en la economía de Mallorca.
Cuando se escribe de economía es habitual perderse en las cifras: porcentajes de ocupación hotelera, número de vuelos, pernoctaciones, gastos por turistas, etc. Sin embargo, detrás de todos estos números hay personas, a las que las decisiones empresariales les afectan de una forma muy directa. Este es el caso de Jesús, gallego de 41 años, que hasta ahora no había podido materializar su proyecto de vida: vivía siempre pendiente de una llamada y contando los meses trabajados para saber si tenía derecho al paro.
En 2017 decidió venir a Mallorca por amor y comenzó trabajando en otra empresa vinculada al sector turístico; a finales de 2018 pasó a trabajar a Riu. La estacionalidad que hasta la fecha ha caracterizado al sector turístico mallorquín implicaba que sólo tuviese trabajo durante unos meses al año. «Al principio trabajaba siete u ocho meses, muy rara vez llegaba a los meses», explica. «Estar tres o cuatro meses parado no le gusta a nadie», añade.
Incertidumbre
Esto le suponía llevar una vida bastante inestable, ya desconocía de los recursos económicos de los que dispondría. Algunos años se iba a buscar trabajo a la Península, otros se quedaba aquí trabajando en la construcción... y siempre estaba pendiente del teléfono para saber cuándo volvería a trabajar en el sector que realmente le apasiona, la hostelería. Jesús ya había aparcado la idea de comprarse una casa, uno de sus sueños, ya que la respuesta de los bancos siempre era la misma: no tienes un trabajo estable.
Por todo ello, cuando le comunicaron que el hotel en el que trabaja no cerraría, su vida dio un vuelco radical a mejor. Ahora, puede planificarse y hacer planes de futuro, cosas habituales en algunas profesiones, pero excepcionales en otras. Así, ya está en conversaciones con su banco; aunque sigue siendo fijo discontinuo, ya sí cumple las condiciones para acceder al crédito hipotecario que necesita para comprar su hogar. Además, resalta que esos 53 días en los que su empresa cierra para hacer mejoras podrá aprovechar para ir a visitar a su familia o para viajar; ahora ya podrá hacerlo sin tener que estar constantemente pendiente del teléfono por si le llaman para incorporarse a su puesto de trabajo.
Preguntado por las críticas de algunos colectivos porque consideran que vienen demasiados turistas, Jesús responde que «Mallorca vive del turismo, que genera empleo y deja mucho dinero». En este punto, resalta que para sus compañeros de trabajo el alargamiento de la temporada turística «ha sido como un soplo de aire fresco, te quitas un peso de encima con esta estabilidad laboral». En definitiva, este gallego comenzó siendo un temporero y gracias a la tan ansiada desestacionalización ha pasado a tener un empleo estable, que le genera mucha tranquilidad.