En 2022 Baleares notificó 609 casos nuevos de gonorrea, una cifra que va en constante aumento desde 2015. Pero lo peor de este dato sobre una de las decenas de enfermedades venéreas que existen, es que si la tasa a nivel autonómico es de 51,8 casos por 100.000 habitantes (por encima de la media estatal de 49), la incidencia se triplica en la franja de los 25 a los 34 años, con 150,4 casos por 100.000 habitantes. Visto de otra manera, este colectivo etario supone el 38 % de la afectación total. Es más, el 64 % de los casos detectados en 2022 eran menores de 34 años.
Los casos de infecciones gonocócicas son los más representativos pero lo mismo sucede con el resto de enfermedades de transmisión sexual (ETS) como la sífilis o la clamidia (ambas se han duplicado en las Islas) una tendencia casi generalizada en el conjunto del Estado. No en vano la ministra de Sanidad, Mónica García, anunció la semana pasada en el Senado que estudiará la posibilidad de regalar preservativos a los jóvenes de entre los 14 o 16 años a los 22 partiendo de que la prevención es la mejor política para garantizar la salud pública.
En Baleares, la directora general de Salut Pública, Elena Esteban, afirma que, ciertamente, «la promoción siempre es positiva», pero antes pide que se revise el impacto de la medida en base a la evidencia científica y que no sea «una ocurrencia».
La responsable balear de esta rama sanitaria asegura desconocer la intención del Gobierno de forma oficial, pues no se ha presentado en comisión pero ve bien que se tomen cartas en el asunto. «La afectación es, sobre todo en gente muy joven, se concentra en las personas de 25 a 30 años», explica.
Y la edad preocupa, sobre todo, por las importantes complicaciones asociadas a las enfermedades venéreas «como es la infertilidad, el incremento del riesgo de padecer abortos, embarazos extrauterinos, una transmisión vertical de madre a hijo...», enumera Esteban. Además, «hay mucha afectación extragenital asociada que es poco conocida pero que es importante y puede afectar a las articulaciones, el corazón, la vista...», prosigue.
Juega en contra el hecho de que en la mayoría de los casos estas enfermedades pueden cursar asintomáticas, «tardan semanas en detectarse y durante este tiempo se pueden ir diseminando sin saberlo», añade la responsable de Salut Pública.
«Se ha detectado que los jóvenes ya no utilizan los preservativos, su uso se asoció mucho al VIH y la percepción de riesgo ahora ha bajado», sentencia Elena Esteban. Si al hecho de que el condón ya no está de moda se le añade la influencia de las aplicaciones de citas y las redes sociales que «hace que haya más parejas sexuales y que llegan a fomentar el consumo de drogas durante la práctica sexual en determinados colectivos», el cóctel está servido.
La estrategia balear para recuperar el uso del preservativo como medida preventiva para por las «subvenciones directas a ALAS o Metges del Món», explica Esteban. Y por poner en marcha un grupo de trabajo a nivel interno para identificar los puntos débiles y hacer actuaciones dirigidas». Respecto a la ETS más temida, el VIH se consolida la reducción de nuevos casos, 18 en 2022.