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Desahucio en la antigua federación balear de petanca: «Ahora no tengo donde ir»

Adam fue una de las tres personas sin papeles desalojadas ayer de este inmueble abandonado desde hacía años y que es propiedad del Ajuntament de Palma

Serveis Socials del Ajuntament ha derivado el caso de Adam al Institut d’Afers Socials para que le ofrezcan una alternativa de acogida. Una de las propuestas es Ca l’Ardiaca. | P. Pellicer

| Palma |

La antigua sede de la Federación balear de petanca –ubicada hoy en el Llevant– se encontraba detrás del Conservatori de Música, pero en los últimos años ha sido la base ilegal de decenas de personas sin papeles y otra con papeles pero sin recursos. La Policía Local procedió este jueves al desalojo de los últimos tres inquilinos que convivían en este espacio abandonado y que es un inmueble propiedad del Ajuntament de Palma.

«¿Ahora qué? No tengo otro lugar donde ir», explicaba Adam, de origen polaco y unos de los okupas ilegales, a Ultima Hora horas antes de ser desahuciado. Según fuentes internas del Consistorio, en concreto este inquilino no disponía de un empadronamiento. Llevaba un tiempo viviendo en este inmueble de propiedad pública junto con dos ciudadanos más –un hombre de origen senegalés y una mujer–.

El desalojo tuvo lugar a las nueve de la mañana. Adam salió con su patinete eléctrico y varias bolsas con sus pertenencias. Una técnica de Servicios Sociales del Ajuntament acudió al lugar para conocer la situación de Adam y la del resto de personas. Así, le ofrecieron como alternativa un espacio en Ca l'Ardiaca, una oferta que Adam estaba en contra ya que su situación de salud es crítica para acudir a ese centro.

Desde Stop Desnonaments Mallorca consideran que el Ajuntament de Palma ha iniciado un procedimiento administrativo de desalojo «sin valorar realmente la situación de los inquilinos». Según constata esta entidad, hacía «años» que estaba en marcha este lanzamiento y habían enviado varias notificaciones, pero sin comprobar quiénes eran las personas que convivían allí. La última carta -y la primera para Adam- la recibieron estas tres personas el pasado día 13, «con muy poca anticipación», denuncian.

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