La previsión de escalas de cruceros en el puerto de Palma, según la Autoritat Portuària de Balears (APB), para este mes de agosto es de 54, una más que las registradas en julio pasado. Para la patronal Apeam la cifra no hace más que reflejar la demanda del puerto palmesano para la industria de los cruceros internacional.
Este lunes, en este sentido, coincidieron el megacrucero Symphony of the Seas, perteneciente a la clase Oasis, la mayor del mundo, y el Wind Surf, que es, a su vez, el crucero a vela más grande del mundo. Sin duda, se trata de dos conceptos navales muy distintos para un mismo sector turístico.
El primero registra 228.000 toneladas y mide 362 metros de eslora, con una capacidad para 6.680 turistas. Por su parte, el segundo registra 14.700 toneladas y mide 187 metros de eslora, siendo su capacidad de 386 cruceristas, aunque ayer su número fue de 240. Puede izar 2.400 metros cuadrados de velas en cinco mástiles. El primero, navega como un enorme resort. El segundo, como un club de vacaciones en el mar con una clientela de alto poder adquisitivo.
«La mayoría de los cruceristas en el Wind Surf son norteamericanos y el buque vino procedente de Barcelona, donde tiene su origen y final del crucero. La escala de Palma duró diez horas y los cruceristas pudieron visitar la ciudad y realizar excursiones, con el consiguiente impacto económico», según restauradores y comerciantes.