El mundo del peritaje es tan complejo que pocos conocen realmente qué hacen o quiénes son, aunque la mayoría haya oído hablar del perito judicial. En Balears, existen, al menos, una decena de asociaciones y colegios oficiales que forman o instruyen a futuros perito, o bien –en el caso de colegios– ofrecen listado de los colegiados interesados para trabajar como peritos en los juzgados por su especialidad.
«Un perito es un experto en alguna material que ha sido contratado para aportar pruebas sobre un caso determinado», define de forma sencilla Miguel Rullán, que aparte de perito es presidente de la Asociación Nacional de Peritos Judiciales Colegiados (ANPEJUCI), con sede en Mallorca y en Madrid. Considera que tiene vocación, a pesar de su formación en Economía. Disfruta de cada juicio o intervención y sobre todo, dice que le motiva ayudar a las personas.
Hay que diferenciar entre dos clases de peritos. Si un experto actúa judicialmente pasa a llamarse perito judicial, pero también está el perito a instancia de parte, es decir el que es contratado de forma privada por un particular o empresa. «La función es la misma, pero en un caso trabaja para el juzgado y en el otro caso, para un cliente», aclara Miguel Rullán.
Especialidades
Las asociaciones cuentan con un listado con más de 700 especialidades reconocidas por el Ministerio del Interior. Rullán añade, además, que «a este listado se le pueden añadir a diario nuevas subespecialidades». Y corrobora que es «a diario». Un ejemplo claro sería un perito con estudios de Arquitectura pero tiene una un subespecialización como aparejador. Falsedad documental, grafística forense o delitos económicos son las áreas con las que más peritos se cuenta a nivel judicial. Sin embargo, la más demandada en Balears es la que se dedica a la valoración de inmuebles y patrimonio.
Para entender el funcionamiento, una vez llega un caso que necesita un informe de un perito, se llama a un especialista a través de la bolsa presentada, un año anterior, con todos los peritos disponibles. Cada año, la bolsa empieza por una letra distinta, dependiendo de un sorteo. Cuando el perito acude al juzgado acuerda con el secretario judicial los honorarios por el trabajo y el tiempo que necesita para la investigación.
«Hay informes que requieren dos o tres días, otros tres meses y algunos se hacen en años. Durante este periodo el perito está nombrado ad hoc por Justicia y goza de privilegios, como por ejemplo credenciales para convertirse durante el proceso en perito judicial», detalla el perito Rullán, que en su caso está especializado en blanqueo de capitales. Los precios de sus honorarios, a nivel juzgado, oscilan entre los 60 y 120 euros la hora, dependiendo del tiempo que necesite para elaborar el informe. Son las propias asociaciones quienes disponen de una tabla de precios genéricos, aunque siempre habrá diferencia económica entre un perito principiante y otro veterano. Sin embargo, en caso de justicia, los honorarios los fija directamente el Estado, y varían dependiendo de cada comunidad.
Desde un punto de vista formativo, cualquier titulado superior puede convertirse en perito de una especialidad concreta. Muchos lo hacen a través de su colegio oficial, como por ejemplo los médicos. Pero también existen cursos específicos que duran seis meses, que servirán, únicamente, para estar de alta en una subespecialización (que no especialización).
El apunte
Lista de espera en los juzgados por falta de peritos
La lista de espera en los juzgados por la falta de peritos sigue retrasando la elaboración de informes en Balears. En este sentido, el perito Miguel Rullán explica que los peritos funcionarios cuentan con la misma formación pero actúan solo en asuntos penales. Aesto, añade que «trabajan casi siempre para la justicia gratuita, y recuerda que antes no había tantas especialidades.