La Conselleria d'Afers Socials y la Fundació Patronat Obrer han iniciado la formación para ayudar a los vendedores ambulantes a que puedan regular su situación y encontrar un trabajo con el programa 'T'acompanyo'. Hasta ahora, 56 vendedores han empezado los primeros itinerarios y se espera que a final de mes llegue a las 80 personas. Todos los inmigrantes que forman parte del programa, que tiene una duración de dos años, se comprometen a dejar la venta ilegal a cambio de recibir, por esa formación, una ayuda de 23 euros al día y otros 8 euros en forma de beca. En total, el presupuesto es de 1,6 millones de euros.
El programa 'T'acompanyo' es una respuesta a los últimos cinco años de trabajo intensivo que realizó Càritas Mallorca para detectar el número de vendedores ambulantes. A pesar de las dificultades, se localizaron a unas 230 personas que se dedicaban a la venta ilegal en Mallorca. «Se valoró en todo este tiempo la situación de cada uno. De los más de 200 vendedores, 30 consiguieron trabajo», ha recordado la mañana de este jueves la consellera d'Afers Socials, Fina Santiago, durante la visita a Patronat Obrer para conocer de cerca el programa.
En este sentido, señaló que esta nueva formación que se les ofrece durante dos años va desde activar y fomentar su participación en la vida comunitaria hasta que se introduzcan en las redes de diferentes entidades públicas y asociaciones para garantizar su bienestar y regularizar su situación. «'T'acompanyo' es un modelo que es novedoso y si funciona, seguirá de forma regular», ha mencionado la consellera.
Tras conocer las historias de los inmigrantes que están regulando su situación con el Patronat, Santiago ha compartido que las preguntas más repetidas de este colectivo es sobre una posible modificación de la Ley de Extranjería. Por su parte, la presidenta de la Fundació, Catalina Serra, ha destacado el compromiso de Patronat Obrer con los más desfavorecidos desde 1907. Ha recordado que «la venta ambulante es supervivencia». El perfil de los interesados en este programa son de nacionalidad senegalesa, jóvenes y mayoritariamente hombres, aunque destaca mucho la presencia de mujeres. Como ha señalado Catalina Serra, «se encuentran en dificultades con respecto a la vivienda, la mayoría compartiendo habitación».