Un estudio sobre las redes sociales y su impacto en las relaciones interpersonales de adolescentes y jóvenes (12-18 años) de Calvià, extrapolable y replicable al conjunto de Baleares, revela que el 22,4 % ha recibido "invitaciones a hacer cosas que no les gustan y no quieren hacer", principalmente de carácter sexual. El trabajo, realizado por Sandra Sedano, Mònica Gelabert y Lluís Ballester, se incluye en el Anuari de la Joventut 2022, presentado este jueves y coordinado por Belén Pascual y Marga Vives.
El estudio, cuyos datos podrían extrapolarse a Baleares, según el propio Lluís Ballester, uno de los autores, muestra una mayor exposición de las mujeres adolescentes (el 30,1 %) a invitaciones desagradables a través de las redes sociales. Los adolescentes masculinos no están libres de este tipo de invitaciones, pues las ha experimentado el 14,1 %. Para los autores, es destacable que ningún adolescente dejó de responder a esta cuestión. Por edades, un 28,2 % de los adolescentes que experimentaron estas situaciones tenían entre 15 y 18 años de edad, mientras que el porcentaje bajó al 16,8 % entre los 11 y los 14 años. La respuesta ante las invitaciones desagradables fue no hacer caso en el 58,2 % de los casos, pedir ayuda a las amistades, los padres o al centro educativo en el 22,4 % y no sabe o prefiere no contestar en el 19,4 %.
Las prácticas identificadas en las redes incluyen mucha comunicación sobre contenidos privados, como detallar la manera de vivir, opiniones o imágenes. Sin embargo, la preocupación por la privacidad sigue siendo una prioridad. Según el estudio, sólo el 15,5 % no se preocupa en absoluto por la privacidad y el 11,3 % tiene públicas todas sus cuentas. Para los investigadores, el nivel de protección es mejorable, pero de momento no es alarmante. En términos generales, el Anuari de la Joventut refleja que los municipios más jóvenes de Baleares son, por este orden, Alcúdia, Manacor, Palma, Son Servera, Capdepera, Ciutadella, Inca y Ferreries, con porcentajes de población entre los 15 y los 29 años de edad que oscilan entre el 17 % (Ferreries) y el 18,2 % (Alcúdia). Por contra, los municipios menos jóvenes son, también por orden, Escorca, Estellencs, Búger, Banyalbufar, Lloret, Sant Joan de Labritja, Costitx, Algaida, Ariany, ses Salines y Mancor, con porcentajes que oscilan entre el 13,8 % (Mancor) y el 11,6 % (Escorca).
Un dato destacable es que, entre 2009 y 2022, el número de jóvenes (15-34 años) de Baleares residentes en el extranjero ha pasado de 3.410 a 10.827, lo que significa un incremento del 218 %. Por otra parte, los jóvenes de Baleares de 25 a 34 años viven en pareja (cónyuges o de hecho) más que en el resto del Estado. De hecho, es la principal forma de convivencia para el 52 % de las mujeres de ese tramo de edad, mientras que el 26 % convive con uno o dos progenitores, 19 puntos menos que los hombres. Las mujeres jóvenes que viven solas son el 13 %, cuatro puntos más que los hombres.
En cuanto a la tasa de emancipación joven (16-29 años), en Balears es del 17,6 %, casi la mitad que en 2009. Aun así, es de las más elevadas de España. La tasa estatal es del 15,8 %. Si nos limitamos a la franja de edad de 30 a 34 años, la tasa balear de emancipación es del 71,7 %, más baja que la de 2009 (79,3 %), pero igualmente superior a la de España (68,9 %).
Otra cuestión destacada en el Anuari es la llegada de niños y adolescentes migrantes no acompañados a Mallorca. En 2010 fueron sólo 2. En 2021, 73. Y en 2022 fueron 134, de los que 81 son de origen ucraniano, desplazados por la guerra. Así, en 2022, los niños y adolescentes migrantes no acompañados con origen en Ucrania fueron el 60 %. El segundo lugar correspondió a Argelia, con el 28 %. El resto, a mucha distancia, se repartió entre otros países africanos. Por sexos, la procedencia ucraniana está más o menos equilibrada (54 % de chicas), pero la procedencia africana es masculina prácticamente en su totalidad. La mayoría de los jóvenes y adolescentes ucranianos tenía entre 11 y 15 años. En el caso de los africanos, el mayor porcentaje (47 %) corresponde a 17 años de edad.
Otro apartado se refiere al uso del teléfono móvil entre los estudiantes de la UIB. El 41,7 % afirma que ha gastado más de 500 euros en la compra de un dispositivo de este tipo, con una media de uso de 4,2 horas diarias. El 28,9 % lo utiliza más de cinco horas al día. En fin de semana, este porcentaje alcanza el 34 %. Un 16,7 % tiene nomofobia, es decir, miedo irracional a estar sin teléfono móvil. Un 55,5 % tendría un riesgo moderado de tener nomofobia. En el conjunto de los estudiantes de la UIB, cerca de una tercera parte trabaja, el 71 % vive con los padres, un 20,5 % tiene sobrepeso u obesidad, el 11,5 % fuma de manera habitual y el 84,8 % asegura no haber consumido nunca ninguna sustancia estupefaciente.