El número de instalaciones de placas solares fotovoltaicas de autoconsumo en Balears ha pasado de las 547 que había en 2018 a las 7.811 registradas a final de agosto de este año, lo que supone un incremento de un 1.427 %, según datos facilitados por la Asociación de Instaladores Empresarios de Baleares (ASINEM). Si se mantiene este ritmo, la patronal prevé que 2022 cierre con un total de 9.293 instalaciones. En caso de ser así, la potencia instalada en las Islas se aproximará a los 80.000 kW, lo que supondría acabar el año con una penetración de renovables en el sistema eléctrico balear algo superior al 10 %. El objetivo del Govern es alcanzar un 35 % en 2030, según establece la ley de cambio climático de Balears. Aun así, cabe tener en cuenta que el consumo no deja de crecer.
«Los próximos seis años hay que seguir creciendo a este ritmo, esto es solo el comienzo», explica el secretario técnico de ASINEM, David Gimeno. Desde 2019 se han desarrollado mucho las instalaciones de autoconsumo individual, pero todavía queda por impulsar las colectivas, dice, a no ser que una tecnología como el hidrógeno o la pila de combustible desplace el uso de placas. Sin embargo, esto es algo que todavía no es viable.
Gimeno explica que el ‘boom' de la fotovoltaica se intensificó a partir de 2019, cuando se modificó la normativa estatal a través de un real decreto que eliminaba el conocido popularmente como impuesto al sol, impulsado por el PP en 2015. Esta tasa obligaba a los ciudadanos que usaban el autoconsumo a pagar por estar conectados a la red eléctrica. Al quitar esta traba, la instalación de placas despegó. Además, a este cambio se le sumó la optimización de estas instalaciones renovables que permitió abaratar su coste. El secretario técnico pone como ejemplo que, si antes dos metros cuadrados de placas producían 250 vatios, ahora dan 600. «Con menos paneles tienes más potencia», resume, y los datos de la patrona visualizan este efecto. En 2019 había 1.171 instalaciones en las Islas, al año siguiente ya eran 2.433 y en 2021 se registraron 4.848.
La crisis acelera el proceso
El incremento del precio de la electricidad, según David Gimeno, también ha influido en el aumento de instalaciones. «La gente ha visto que poner placas es rentable y, además, necesario», asegura. Por otra parte, el papel que han jugado las subvenciones del Govern también ha repercutido en que más personas hayan decidido apostar por las renovables en casa. La Conselleria de Transició Energètica i Sectors Productius ha concedido 24,4 millones de euros en subvenciones para impulsar el autoconsumo eléctrico entre particulares, empresas y adminstraciones. Esta cifra responde a diversas convocatorias celebradas entre 2019 y los tres primeros meses de este año.
El Govern balear ha recibido más de 6.000 solicitudes para la instalación del equivalente a casi 90 megavatios (MW) en materia de autoconsumo de los fondos Next Generation. «Debido a esta buena respuesta por parte de la ciudadanía y los sectores, y a la rápida gestión de los fondos por parte de la Administración, el Estado ha concedido ya una ampliación de crédito de estas líneas», afirmó el viernes el vicepresident y conseller de Transició Energètica, Juan Pedro Yllanes. «Balears fue la primera comunidad en abrir las ayudas de autoconsumo de fondos europeos y está incrementando el personal para gestionar la gran cantidad de solicitudes recibidas, ya que se esperan más y alcanzar el objetivo que marca el Ministerio para las Islas en materia de autoconsumo para 2030, cuatro años antes», añadió el director general de Energia i Canvi Climàtic, Pep Malagrava.
Los municipios del interior de Mallorca concentran los mayores incrementos en autoconsumos de energías renovables (principalmente, placas solares para particulares y empresas) en potencia, instalaciones y sus respectivas ratios. En la comparación de datos entre el segundo y el tercer trimestre de 2022, se observa que, en cuanto al crecimiento de potencia instalada, los mayores porcentajes se dan, por este orden, en Escorca, Valldemossa, Búger, Selva, Mancor, ses Salines, Consell, Campanet, Bunyola, Binissalem, Petra y Maria de la Salut, por citar los doce primeros. Escorca encabeza el ránking porque viene de no tener ninguna potencia instalada en el segundo trimestre, pero Valldemossa alcanza el 84 %; Búger, el 52 % y Selva, el 50 % de crecimiento.