La Audiencia Nacional ha absuelto a un interno de la cárcel de Palma acusado de realizar dos pintadas a favor del Estado Islámico en el centro penitenciario. La Fiscalía le incluía en un grupo de reclusos, repartidos por diversas cárceles, a los que acusaba de constituir un grupo terrorista mientras cumplían condenas, la mayoría relacionadas con la violencia islamista. El Ministerio Público reclamaba una condena de doce años de cárcel para el acusado, que había cumplido seis de sus años de condena en la cárcel de Palma, tras ser trasladado por Instituciones Penitenciarias después de protagonizar varios incidentes en prisiones de la Península.
Llegó a la Isla en mayo de 2016 y, un año después protagonizó un primer incidente en la cárcel: una discusión con presos de nacionalidad británica después de que se produjera un atentado en Londres con una veintena de fallecidos. Los días 29 de septiembre y 11 de octubre de 2017 el acusado estaba en el módulo de aislamiento. Allí pintó en las paredes del patio la bandera de la organización terrorista Daesh, en una zona común. Al pie de las mismas escribió el lema del Estado Islámico «permanece» (baqiyah). Durante meses intercambió cartas con otros internos de otros centros vinculados al terrorismo islámico. En ellas les animaba y les decía que no debían olvidar que son luchadores y que debían continuar en dicha lucha cuando salieran de prisión.
Colectivo de prisión
En las cartas también invitaba a los otros presos a formar un «colectivo de prisión» para apoyarse de forma mutua y no perder la fe. Afirmaba que, una vez que fuera puesto en libertad, haría «lo que le ordene Alá» y que estaba dispuesto a prepararse para la otra vida y lograr la salvación, a efectos de que ninguno de ellos se sintiera tentado a abandonar la yihad. Sin embargo, la acusación contra este grupo de reclusos no prospera, incluido el de la cárcel de Palma. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional argumenta que no se ha acreditado que formaran una organización estable entre ellos ni que planearan acciones terroristas de cara al futuro.
Enmarca las relaciones entre los reclusos en el contexto de un intercambio de comunicación sin descartar la finalidad religiosa y, algunas de las protestas, dentro de reivindicaciones en el ámbito penitenciario. En el juicio declararon media docena de funcionarios de la cárcel de Palma en torno a las actividades de este recluso, que cumplió su condena por pertenencia al Daesh ya, tras más de nueve años en prisión, seis en Palma.