'Habemus' Régimen Especial Balear

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este lunes que la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado para 2023 ya contemplan en su articulado la aprobación de la parte fiscal del Régimen Especial de Balears (REB). La medida supone una inyección económica de 349 millones de euros destinados a compensar el factor de la insularidad en su vertiente fiscal, una reclamación histórica de los diferentes governs autonómicos cuyo anuncio llegó el día previo al último debate de política general antes de las elecciones. La parte fiscal del REB lleva tres años sin desarrollarse después de que en 2019 se aprobara la ley que compensa los sobrecostes de la insularidad.

Como se recordará, la normativa permitió en su día blindar el descuento marítimo y aéreo del 75 %; y por otra parte permitió acelerar la transición energética elevando los recursos económicos y desde este año, también incluye nuevas inversiones, desligadas de las que ya hace el Estado en infraestructuras, bajo el concepto de insularidad por el que se aportaron 183 millones de euros. La novedad radica ahora en la parte fiscal. De los 349 millones adicionales que invertirá el Estado en este concepto, el Govern calcula que 208 supondrán un beneficio directo. La estimación es que 47.000 irán a las empresas y otros 71.000 repercutirán en los autónomos, además el Ejecutivo prevé que se puedan llegar a crear 3.191 puestos de trabajo a tiempo completo, el equivalente al 1 % del PIB balear del año 2019.

Dos medidas

El régimen fiscal especial que entraría en vigor el 1 de enero de 2023 se concreta en dos medidas. Por un lado, la reserva de inversiones que, en palabras del presidente Sánchez, «va a implicar una reducción del 90 % de la base imponible del Impuesto de Sociedades, o también del impuesto de la renta de los no residentes, siempre que se reinvierta en actividad productiva y creación de empleo». En el caso de los autónomos que declaran IRPF, la deducción de la cuota podrá llegar a un máximo del 80 % de la actividad que se haga en Balears. Eso sí, para obtener estos beneficios fiscales, las inversiones se tienen que destinar a crear puestos de trabajo, a adquirir acciones o participaciones de empresas de Baleares, a inversiones en I+D, a la protección del medio ambiente o a elementos patrimoniales materiales.

Por otro lado, se aprueban medidas fiscales para empresas industriales y del sector primario que permitirán una reducción del impuesto de sociedades, el de la renta para los no residentes o deducciones de IRPF a empresas o autónomos que vendan bienes producidos en las Islas. Se bonificará un 25 % de la cuota por la creación de nuevos puestos de trabajo y un 10 % por el hecho de mantener los empleos.

Con estos dos incentivos «estamos completando el REB y dando una respuesta justa, legítima de los ciudadanos de las Islas que ven reconocida la diversidad territorial», señaló el presidente Sánchez, pasando por alto el retraso de tres años para activar esta medida. Poco después, la presidenta del Govern, Francina Armengol, explicó que esta inversión «supondrá más recursos que nunca». Gracias al REB, dijo, «tenemos una herramienta más para ser mucho más competitivos, innovadores, resilientes y con un tejido productivo más sólido».