La Seu de Mallorca lució sus mejores galas para la celebración del Corpus Crhisti, fiesta eucarística del orbe católico que congregó cientos de personas que llenaron totalmente el templo. Esta se inició con el canto de vísperas, seguida de la misa solemne, que estuvo presidida por el nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza y concelebrada por el obispo de Mallorca, Sebastiá Taltavull, miembros del cabildo y numerosos sacerdotes.
En la parte musical participaron el Cor de la Seu y el de Vermells de la Seu, que estuvieron dirigidos por Joan Company que cantaron en latín la Misa de Angelis.
El nuncio apostólico en su homilía, recordó las palabras del Papa Francisco en relación a la esencia de la solemnidad del Corpus. «La omnipotencia de Dios es humilde, hecha solo de amor. Y el amor hace obras grandes con lo pequeño. LaEucaristía nos lo enseña: allí está Dios encerrado en un pedacito de pan».
Acabada la misa se organizó la procesión. Una cita muy esperada por los fieles tras dos años de no celebrarse. La participación fue numerosa, en cuanto a representación cofrade y asociaciones piadosas y también de público para verla pasar. El cortejo salió desde la Seu con el siguiente rcorrido Dalt Murada, Palau, Plaça de Santa Eulalia, Palau Reial, Plaça de Cort y regreso a la Seu.
La iniciaron dos jinetes de la Sección Montada de la Policía Local, seguidos de los Tamborers de la Sala, Grupo de Cossiers y Cavallets, cor Vermells de la Seu, payesas y payeses de distintos puntos de Palma y representantes de cofradías de penitentes de Palma.
El conopeo y tintináculo, insignias de la Seu, precedieron a la preciosa custodia que fue saludada por el tañido de la campana n'Eloi durante todo el recorrido. Detrás una gran multitud de fieles acompañando a su regreso a la Seu. En el Ajuntament y Consell de Mallorca, ausencia total de damascos y «murta». La única a pie de de edificio, Catalina Cirer. En la sede del Partit Popular, Marga Prohens y Jaime Martínez. Va por todas las otras que exhiben durante el año.