Toparse con alguien que trabaje de cara al público y sepa atender a una persona ciega u otro tipo de discapacidad mediante los códigos de comunicación adecuados no es ni mucho menos lo habitual, cuando sucede, la sorpresa tiende a ser mayúscula. Así le ha ocurrido a la mallorquina Carmen Massanet, ciega de nacimiento, que se ha hecho viral al publicar un tuit en el que agradecía el trato recibido en una cafetería de Madrid por un camarero que le explicó dónde estaba situado cada elemento en la mesa para que no se perdiera. «Me ha ganado de calle», aseguraba en su cuenta de Twitter.
«Supongo que la gente está cansada de leer quejas y noticias negativas. Por eso se están volcando con mi experiencia», confiesa esta mallorquina, que fue a la zona de Atocha para hacer una audición y decidió tomar café en un local que no conocía. Eso siempre es un problema para una persona con discapacidad, al no conocer el terreno. Pero el camarero le indicó 'el café a las 12, el azúcar a la una...'. «Hay muchas personas de cara al público que no saben explicarlo. Muchas gracias por querer saber cómo atendernos y hacernos la vida un poquito más fácil». El resultado de este tuit: más de 5.000 retuits, 258 comentarios y casi 32.000 likes en un día.
Carmen reside en Madrid desde hace una década. Tiene 31 años, ha estudiado periodismo en el CESAG y se trasladó a la capital para salir de un entorno familiar muy protector, algo habitual cuando hay una persona con discapacidad en la familia. «Me di cuenta que para crecer, tenía que volar del nido y aprender a sobrevivir», apostilla. En la capital ha sido becaria en una agencia de noticias, así como en el departamento de prensa del Congreso de los Diputados. Ahora trabaja en un call center, al tiempo que se ha sacado el grado medio de canto, su gran pasión, e intenta hacerse un hueco en un mundo tan difícil como el de la música, en especial para una persona ciega.
«La gente está muy concienciada con la discapacidad hasta que le toca de frente. A mí me han rechazado muchas veces cuando buscaba habitación en Madrid y mis posibles compañeros descubrían que era ciega. Y eso es duro. Por eso, cuando alguien te facilita las cosas, me gusta contarlo. Es el caso de este camarero, que ni sé cómo se llama ni en qué trabaja. Pero espero que le haya llegado mi agradecimiento», confiesa esta mallorquina, que todavía está asimilando la popularidad que ha adquirido estos días. «Estoy abrumada. Abro la aplicación y me encuentro con semejante respuesta. Solo puedo dar las gracias a todos».
Esta respuesta, al menos, le deja un sabor de boca ya que la audición, vocalista en un tributo a La oreja de Van Gogh, ha quedado en agua de borrajas. «No siempre se tiene suerte. Normalmente, cuando quiero presentarme a algún casting y está lejos, prefiero avisar antes de mi discapacidad, así no perdemos el tiempo ninguno. «Siempre digo: con los ojos no se canta, solo hace una falta una buena voz y oído. A mí solo me tienen que ayudar a subir y a bajar del escenario, el resto lo hago yo», afirma.
Aunque Carmen se resiste a convertirse en ejemplo de nadie, espera que el mensaje cale en la sociedad y un detalle así ayude a las personas con discapacidad visual a vivir una vida tan normal como cualquiera.