Más del 40 % de los nuevos hallazgos de flora en Mallorca en el período 2017-21 corresponden a especies exóticas, según el estudio Notes corològiques per a la flora de Mallorca, publicado por la Societat d'Història Natural de Balears y cuyos autores son: Carles Cardona, Marcello Dante Cerrato, Arnau Ribas, Iván Cortés, Pere Miquel Mir, Laura López, Francesc Truyols y Lorenzo Gil. Los trabajos de campo que habitualmente realizan estos autores, en especial la elaboración de una cartografía de vegetación de Balears, han permitido hallazgos de interés corológico (áreas de distribución de los organismos) para la flora de Mallorca.
Según estos investigadores, la flora de Baleares se encuentra en una evolución continua de nuevos hallazgos a causa, precisamente, de los crecientes trabajos de campo. Sin embargo, los autores apuntan un problema: más del 40 % de las nuevas aportaciones al conocimiento de la flora de Mallorca corresponde a especies de origen alóctono, es decir, son exóticas, introducidas o foráneas, y mayoritariamente son de fuera del Mediterráneo. Este hecho es atribuible a causas muy diferentes. Entre ellas destaca una muy conocida: la mala gestión de jardines particulares, por la que se tiran restos de poda a solares y torrentes sin ningún tipo de control.
Algunas de estas especies acaban convirtiéndose en competidoras de las especies autóctonas y pueden comprometer su supervivencia. Este hecho es especialmente evidente en los torrentes y en los ambientes alterados o degradados de Mallorca, donde se observa la llegada indiscriminada de elementos alóctonos. Los autores señalan que a este hecho contribuyen, sin duda, los efectos del cambio climático, especialmente por los inviernos más suaves de los últimos años. Entre los datos del trabajo destaca la citación de cuatro especies nuevas en Balears (dos de las cuales son de origen claramente introducido) y otras tres en Mallorca, también foráneas.
El primer ejemplo de las cuatro nuevas especies en Balears es la Guizotia abyssinica, de la que se encontró un ejemplar en Son Gual, en Palma. Es una especie nativa de Etiopía, donde se cultiva desde hace milenios por sus semillas, que se utilizan actualmente como alimento para aves domésticas. Semillas de esta especie han sido detectadas en lotes de otras semillas comerciales, pero la citación en el trabajo de estos autores es la primera de un ejemplar en forma de planta en crecimiento y reproduciéndose.
Otro ejemplo es el de la Arisarum aspergillum, de la que se han detectado dos ejemplares en Algaida. La de la investigación mencionada es también la primera cita de esta especie híbrida en Balears. Los autores indican que una búsqueda a fondo durante los meses de octubre y noviembre puede tener como resultado la localización de más ejemplares, especialmente en los alrededores de la zona donde se ha encontrado esta pequeña población. En la Península Ibérica sólo había sido citada en la Comunitat Valenciana. Un tercer caso es el de la Ornithogalum baeticum, de la que se han localizado una quincena de ejemplares también en Algaida, con una primera citación en Balears. De esta especie, los autores no han recogido ejemplares, pero sí algunas semillas.
Finalmente, de la Rorippa Palustris los autores comentan que está presente en macetas del vivero forestal de Menut, dependiente de la Conselleria de Medi Ambient i Territori, pero se encontró una planta creciendo en el suelo del propio vivero. Los investigadores apuntan a que seguramente se ha dado el caso de una introducción de semillas que han venido contenidas en fibra de coco, que se utiliza como sustrato. Actualmente se ha erradicado la introducción de esta especie para evitar su expansión en hábitats naturales. Según Medi Ambient, a causa del comercio de especies usadas principalmente en jardinería, el proceso de introducción de plantas exóticas se ha acelerado peligrosamente y es de difícil control. Se conocen más de 300 especies vegetales introducidas en el medio natural de Balears.