Una denuncia presentada en Mallorca ha destapado la macro estafa de los lingotes falsos de oro con más de un centenar de víctimas en toda España. La Audiencia Nacional ha asumido la investigación que inició el Juzgado de Instrucción 12 de Palma en torno a las actividades de la empresa Sempi Gold. La firma, cuyo máximo responsable es el empresario Gabriel Ruiz, que ya se vio salpicado en la estafa de Afinsa y Fórum Filatélico, captaba inversiones para comprar lingotes de oro. Hasta medio millón de euros por parte del primer afectado mallorquín. Prometía rentabilidades muy por encima del diez por ciento. Sin embargo, la investigación judicial apunta a que todo era humo.
El registro ordenado por el magistrado de Palma llevó a que la Guardia Civil descubriera en la oficina central de la empresa, en Jerez, 125 lingotes de oro. Al examinarlos, resultaron ser de hierro. Los afectados son más de un centenar, aunque la mayor parte de ellos son pequeños inversores. La investigación en Palma arrancó en 2019. Un inversor mallorquín había aportado medio millón de euros como inversión. Se trataba de un depósito durante un año, después del cual se le garantizaba un rendimiento del diez por ciento. Cuando el plazo venció, el afectado reclamó el dinero. Sempi Gold comenzó a darle largas y pedirle requisitos sucesivos para alargar la devolución de la inversión. Solo consiguió recibir algún pequeño pago. Fue entonces cuando, representado por el abogado Daniel Castro, decidió poner una denuncia, la primera contra la empresa.
Advertencia de la CNMV
Sempi había llamado ya la atención de la Comisión Nacional del Mercado de Valores que, ese mismo año, había advertido que podría ser un chiringuito. La empresa mantenía una página web en la que defendía la seguridad de la inversión en oro y plata. Aún hace un mes, sostenía su solidez ante las primeras sospechas. Sin embargo, el pasado mes de marzo saltó el caso con los registros simultáneos de la sede en Jerez, la vivienda en la misma localidad gaditana de Gabriel Ruiz y de un despacho en Madrid. Las cuentas de la sociedad llevaban años en números rojos. Ahora, las acusaciones que representan a los afectados han pedido que se investigue si esos fondos terminaron en cuentas de Gibraltar.
La investigación sostiene que Sempi era en realidad un timo piramidal típico en el que se captaban inversiones con promesas de grandes rentabilidades y sólo se abonaban a los primeros inversores los intereses. Así, hasta el colapso de la sociedad al no poder pagar.
El apunte
Interrogado en Vía Alemania
Gabriel Ruiz, el principal investigado por la estafa, compareció por primera vez en el Juzgado de Instrucción 12 de Palma a través de una videoconferencia. Entonces negó que todo fuera una estafa y dio una serie de excusas para no pagar, como que los lingotes de oro que supuestamente compraba con el dinero de los inversores estaban en una refinería de Alemania. Bajo la marca Sempi Gold existían varias empresas diferentes e incluso una sucursal italiana dedicada también a captar nuevos inversores.