«Mi ‘gordo', pronto volveremos a estar juntos». Fue el último audio que Jaime Pozo envió a Toby, su perro desde el hospital de Son Espases, que los últimos ocho meses se había convertido en su segundo hogar, mientras luchaba contra el cáncer. Esta misma semana pidió ver a su mascota, que lleva todo este tiempo en acogida en casa de Susana Parrado, y sus familiares y amigos intentaron cumplir su deseo.
Hablaron con la oficina de Atención al Paciente, pero el centro hospitalario no cuenta todavía con un protocolo para este tipo visitas, que sí tienen otros hospitales de Mallorca, como el de Inca o Son Llàtzer, pero que han paralizado por la pandemia. Desgraciadamente, Jaime falleció de forma repentina este jueves, y no ha tenido ocasión de despedirse de su fiel amigo.
Que no vuelva a suceder
«Los animales sienten lo que sucede, les cuesta asimilar los cambios y para Toby, que tiene seis años, y una relación muy especial con su dueño, esto es duro –apunta Susana Parrado, que se ha hecho cargo del perro durante toda la enfermedad de su dueño–. No es broma. Cuando le pongo los mensajes de voz que enviaba Jaime, Toby se pone muy nervioso, mueve la cola sin parar, ladra... sabe quién le hablaba», asegura Susana.
Para evitar que casos como el de Toby y Jaime vuelvan a suceder, Susana acaba de activar una campaña en change.org para instar al Govern balear a que todos los hospitales de Baleares pongan en marcha protocolos para que los pacientes ingresados puedan recibir la visita de sus mascotas.
«Apelando a la ley, que admite que los animales son seres que sienten y forman parte de la familia, pido que tengan el derecho a despedirse o reencontrarse con sus dueños en casos terminales o en beneficio de su recuperación. Toby puede viajar en el autobús de la EMT, pero no tuvo esa oportunidad, que otros sí la tengan».