500.000 euros. Ese era el coste que en 2017 hubiera supuesto el cambio de denominación del nombre del aeropuerto de Son Sant Joan por el de Ramon Llull Palma-Mallorca. La idea nació del Consell insular, que aprobó una declaración institucional unánime de todos los partidos, hace ahora cinco años, coincidiendo con el 700 aniversario de la muerte de Ramon Llull, en la que instaba a todos los ayuntamientos, en especial al de Palma, al Parlament, al Govern y a todas las instituciones interesadas que asumieran y defendieran esta propuesta.
En este sentido, el Consell recordaba que «no se trata de un cambio simplemente nominal, sino de presentación global: ayudaría al trabajo que se hace para distanciarse de la imagen turística de Mallorca de sólo sol y playa, mostrando y demostrando a los que nos quieren visitar y a los que nos visitan que tenemos una cultura riquísima». Así, la declaración continuaba: «Unir el edificio mas importante de la contemporaneidad con el mallorquín más universal es una buena muestra del siglo XXI, que ofrece tradición y modernidad a partes iguales».
La cifra de 500.000 euros apuntada por AENA, que sumaba, entre otras cosas, la sustitución del nombre sobre la fachada de la terminal de salidas, pero también los rótulos y matrículas en los 'transfer' del aeropuerto o incluso los membretes que coronan la documentación interna que manejan los empleados, chocó con la intención de la institución insular; y aunque surgió una pequeña guerra entre el Consell, que afirmaba que correspondía a AENA asumir el pago total de la modificación, poco más se supo después de esta propuesta hasta estos días, con un nuevo nombre para Son Sant Joan. ¿Será Rafa Nadal el nuevo nombre del aeropuerto de Palma?