El ex director general de Agricultura, Biel Torrens, actuó «sujeto a la norma, a la razón y a la justicia». El juzgado de Instrucción exculpa de plano al antiguo responsable público de un delito de prevaricación, el mismo que llevó a su dimisión el pasado mes de febrero.
Torrens fue denunciado por el Seprona a partir de lo relatado por técnicos de su departamento en torno a la sanción impuesta a un ganadero por un rebaño de ovejas.
Los 142 animales fueron detectados en una finca de Son Ferriol y los técnicos observaron tres faltas graves porque no tenían guía de identificación, porque no estaban en una explotación agraria ni guía de transporte.
A la hora de decidir, el entonces director general tomó en cuenta también la documentación aportada por el dueño de los animales, que resultó que no era la persona que guardaba las ovejas el día de la inspección sino su sobrino.
Así, archivó la denuncia al tío e incoó un expediente al dueño real de los animales que desembocó en una multa de 4.000 euros.
El juez valora que, a pesar de no tener el respaldo de los técnicos, la decisión de Torrens fue correcta y estuvo fundamentada, lo que excluye un posible delito de prevaricación. «Es cierto que el primer criterio de los técnicos era tramitar el procedimiento pero el director general, con la asesoría jurídica correspondiente, obtuvo información de que era el competente para resolver el expediente y de que si opinaba que el denunciado no era responsable de los hechos con la documentación presentada, podían archivarse los hechos», dice el juez.
El auto añade que, en lugar de cerrar el expediente de forma verbal y guardarlo en un cajón, Torrens «adoptó una resolución jurídica con fundamentación y razonamiento». La Fiscalía se oponía al archivo del procedimiento y planteaba mantener la investigación.