De escuelas ubicada en pequeños locales a una red de centros educativos de nueva construcción. De la educación como privilegio a la expansión de las aulas para vencer el analfabetismo.
Palma no fue ajena al interés republicano por expandir una educación pública de calidad y en unos pocos años concentró la construcción de nuevos centros escolares.
En la reciente Fira del Llibre se presentó la obra Les escoles de Palma en temps de la II República, una época que supuso para toda España la construcción de centenares de edificios escolares y también la modernización y puesta en práctica de nuevos principios educativos.
El Ajuntament de Palma reedita este trabajo de Pere J. Carrió, profesor, director e inspector de educación, Manel V. Domènech, profesor y director del CEPA Son Canals, y Antoni Ramis, profesor, orientador y director de diversos centros de Mallorca.
Plan
Con la llegada de la II República, el Plan general de construcciones escolares del Ajuntament de Palma, aprobado el 9 de septiembre de 1931, se propone ampliar la red de escuelas públicas. El alcalde era Llorenç Bisbal i Barceló y la Comissió de Cultura está presidida por el célebre Emili Darder, que lideró el plan.
El regidor de Educació i Política Lingüística en el Ajuntament, Llorenç Carrió, señala que «Llorenç Bisbal era conocido como ‘el alcalde de las escuelas'. En aquel momento se proyectaron 30 centros educativos».
Se teje así una red de escuelas públicas que intenta aliviar las cifras de inserción escolar. El plan de Bisbal preveía encontrar aulas para 8.600 escolares a los que se sumaban 1.750 en las 35 escuelas existentes. El objetivo: educar en condiciones en muy poco tiempo a 10.350 escolares.
Sin clase
Según Manel Domènech, en esa época «un tercio de los de los 11.500 escolares iban a la educación privada, otro tercio a la pública y el otro tercio estaba sin escolarizar». No se trata solo de construir edificios. Se implantan innovaciones educativas como «el primer jardín de infancia, casas de colonias o la educación física en horario escolar»
Domènech dice que este plan «fue uno de los legados más importantes de la República» en Palma. Y Carrió, que «la llegada de la dictadura fue un tajo en el plan». Señalan que «el franquismo aprovechó las escuelas construidas durante la República», a veces para instalar cuarteles.
La primera de esas escuelas del plan fue el CEIP Alexandre Rosselló, conocida como Ses Finenstres Verdes. Le siguieron las escuelas La Soledat, Jaume I, la del Coll d'en Rebassa, s'Arenal, Sant Jordi, Es Vivero, Son Espanuyolet, Son Serra o Pere Garau son de esta época.