Ante la obligatoriedad que impone el Gobierno alemán de someterse a una prueba de diagnóstico de la COVID-19 para todos los turistas a su regreso, las clínicas o centros de salud privados de la Playa de Palma han presentado este jueves una imagen poco usual de largas colas.
Una semana después de que llegarán los primeros turistas alemanes a Mallorca, muchos de ellos ya tienen que regresar a su país y para ello deben someterse a una PCR o una prueba de antígenos para no tener que pasar una cuarentena al llegar a su destino. Por ello, han acudido a estos centros para poder realizarla. El coste de la misma corre a su cargo.
Una vez que se obtiene el resultado negativo, el turista ya puede regresar a su país sin problema alguno. Las autoridades alemanas piden a las compañías aéreas que controlen que pasajeros y tripulación tengan el test con resultado negativo antes de subir al avión de regreso.
Si el resultado es positivo, el turista en cuestión será aislado en el hotel Palma Bay habilitado para ello.