La caída de las reservas turísticas durante estas semanas y en la primera quincena de agosto en Mallorca y resto de islas, a causa de las cancelaciones de viajes que se están produciendo en Alemania y resto de mercados emisores por los rebrotes de la COVID-19 a nivel de todo el país, «adelantará el cierre de muchos establecimientos abiertos en julio, ya que la previsión es que lo hagan a mediados de septiembre cuando estaba previsto que lo hiciera en la primera quincena o segunda de octubre», según indican cadenas y empresarios hoteleros de todas las zonas turísticas Mallorca.
«La paralización de reservas es en estos momentos es total y no hay nada que indique que vaya a mejorar, ya que en los mercados emisores hay miedo a viajar por temor a la pandemia. La gente estaba indecisa y ahora ha optado por no volar y salir de sus países ante el incremento de los rebrotes que se están produciendo en muchas comunidades autónomas», indican cadenas hoteleras.
Los hoteleros afirman que desde el pasado 3 de julio: «Todo son noticias y mensajes negativos procedentes de Mallorca. Primero fue la obligatoriedad del uso de la mascarilla y luego el cierre de zonas de ocio y locales. Todo esto no se ha sabido vender bien en los mercados emisores, principalmente en Alemania, y provocado la cancelación de reservas y caída de ventas porque el mensaje subliminal que trasciende fuera es que aquí pasa algo con el coronavirus. El balance es que íbamos bien hasta principios de julio y desde mediados vamos mal y en progresión descendiente por una mala política informativa».
Las cadenas que han apostado por reabrir varios hoteles en esta atípica temporada, marcada por la crisis del coronavirus, son las más afectadas por esta coyuntura negativa en materia de comercialización. Tanto es así, que hay cadenas que en un solo día reciben más de 80 cancelaciones, a las que hay que sumar una veintena de no-shows, que son turistas que con reserva confirmada luego no se presentan en el hotel.
Temporada
Con la nueva normativa comunitaria sobre viajes combinados con motivo de la COVID, los turistas están eximidos de cualquier tipo de penalización por cancelar una reserva de hotel o de avión en los días previos a la salida, circunstancia que no sucedía antes del cierre de fronteras. Esta circunstancia ha desvirtuado todo el control que tenían hoteleros y aerolíneas sobre las reservas, ya que sabían previamente los ratios de ocupación para poder programar todo tipo de servicios.
La cancelación de reservas hoteleras también está teniendo su extrapolación en las compañías aéreas extranjeras, ya que el número de aviones programados semanalmente en Son Sant Joan aumenta, pero no así los niveles de ocupación de los vuelos.
La Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), la Agrupación de Cadenas Hoteleras (ACH) y empresarios turísticos coinciden en señalar que «no se transmite que Mallorca sea un destino seguro a los mercados emisores, de ahí que el Govern tiene que dar a conocer qué se está haciendo aquí y por qué se adoptan nuevas medidas de control de prevención sanitario».
La patronal del transporte discrecional englobada en la FEBT puntualiza que el impacto de la anulación de reservas turísticas en los hoteles «nos afecta muy negativamente a todos».