La presidenta del Govern, Francina Armengol, ha afirmado que se ha tomado la decisión de obligar a usar mascarillas en espacios públicos abiertos de Baleares como medida preventiva porque su ejecutivo quiere actuar «cuando toca, y cuando toca es ahora».
«No vamos a arriesgar ahora todo lo que hemos sufrido en términos de sacrificios personales y económicos. Estas medidas preventivas no cuesta mucho hacerlas y nos ayudan a protegernos a todos», ha dicho Armengol en declaraciones a los periodistas, y ha añadido que aunque «las cosas van bien» en las islas, si se sigue «siendo rigurosos, irán mejor».
La prioridad del ejecutivo, ha indicado, es la protección de la salud de los residentes y visitantes a unas islas donde por ahora la situación está «muy controlada», aunque «no hay que olvidar que el virus sigue aún conviviendo entre nosotros».
La medida, que se aprobará en los próximos días, supondrá la obligatoriedad de llevar mascarilla en todos los espacios públicos abiertos y de acceso público, con algunas excepciones como playas y piscinas, bajo multa, ha avanzado Armengol, de 100 euros para quien no la incumpla.
La presidenta también ha informado de que el Govern trabaja en una normativa para poder actuar con rapidez ante aglomeraciones como las que se han producido en fiestas privadas de Ibiza.
La decisión del ejecutivo de las islas se produce después de que ayer miércoles el Servicio balear de Epidemiología informara de que existen nueve brotes activos de COVID-19 con 56 contagiados en Baleares, uno en Ibiza y el resto en Mallorca, donde se han detectado tres nuevos en la última semana.
En total, hay 134 personas en las islas positivas de COVID-19 y 54 de ellas corresponden a contagiados en estos nueve brotes activos.
Baleares seguirá así el ejemplo de Cataluña, que este jueves publica la resolución de la Generalitat que establece la obligatoriedad del uso de mascarillas en los espacios públicos o de uso público, exista o no distancia de seguridad, con lo que la norma ha entrado en vigor.