A día de hoy, 224 personas han fallecido en Baleares a causa de la pandemia del coronavirus. 224 es más que un número, son 224 historias, son 224 familias. En la de Tolo Capellà, de 74 años, se escribió un triste capítulo el pasado 13 de abril, Lunes de Pascua, el día en que fallecía tras luchar más de veinte días en la UCI de Son Espases.
«Hubo una reunión familiar una semana antes de iniciar el confinamiento y se contagiaron muchos», explica ahora uno de sus tres hijos, Martí Capellà. Y lo hace ahora porque pasó mucho tiempo hasta que entendieron qué había sucedido realmente. Empezó el confinamiento y a los pocos días su padre «perdió el hambre, estaba cansado, le costaba caminar». A su vez «mi madre tenía vértigo», tampoco se encontraba bien.
Hay que situarse, por aquel entonces, sólo se consideraban síntomas sospechosos de COVID-19 la fiebre, la tos y los problemas respiratorios así que cuando al miércoles siguiente llamaron al centro de salud nadie sospechó nada. «Nos dijeron que teníamos que vigilarlo en casa», explica Martí.
La fiebre llegó a los dos días y el mismo viernes ingresó en la UCI de Son Espases. Era la semana en que la pandemia llegaba a su fase crítica y se disparaban los nuevos casos y las hospitalizaciones. «Todo el mundo iba desbordado», recuerda. «Al día siguiente nos dijeron que había dado positivo en coronavirus y no supimos nada más». Fue entonces cuando empezaron a relacionar síntomas de varios miembros de la familia. «Mi tía ingresó al día siguiente», explica Martí Capellà.
Mientras tanto, su madre se iba recuperando en casa. «Había estado tan mal que no lo vio sufrir. Para ella fue como si hubiera salido a desayunar al bar y no hubiera vuelto».
Esa semana se aprobó un protocolo que les permitió recibir una llamada a diario del hospital en la que se les informaba de la evolución de su padre. «Mi hermana Assumpta estaba pendiente del móvil, cuando tenía el parte diario nos lo pasaba al resto. Mi hermana Margalida avisaba a la familia y yo a los amigos de mi padre a través de los grupos de Whatsapp de su móvil». Entre todos tejieron una red de comunicación que se convirtió en una pequeña montaña rusa emocional. «Nos iban diciendo: leve mejoría, progresa, le haremos una traqueotomía…».
Pero llegó el 12 de abril. Un médico intensivista de Son Espases les llamó: «Tiene mala pinta», les dijo. Su caso se había complicado con una infección bacteriana. Tolo Capellà fallecía esa misma madrugada, a dos boxes de distancia de su hermana Isabel, que a día de hoy se recupera satisfactoriamente en la UCI.
Tanto el hospital, como posteriormente la funeraria, hicieron con ellos una pequeña excepción y si entonces sólo se permitían visitas de tres personas, accedieron a no separar a sus tres hijos y su esposa en esta despedida.
Con la partida de Tolo Capellà, el enésimo paciente que se fue por coronavirus, se marchó un empleado de banca jubilado, abuelo de seis criaturas, padre de familia numerosa y una gran persona solidaria. Los mensajes inundaron entonces las redes sociales pues años atrás inició una cadena de ayuda para llevar comida a Zaqueo y Can Gazà junto con sus compañeros de La Salle, la Gent Gran de Son Real, el club parroquia Horizonte y los veteranos del club de básquet Hispania.
La familia es residente del Vivero, en Palma, donde le echarán de menos en la cafetería Avante, que solía frecuentar. Pero también en el Menfis dels Hostalets, de donde era originario Capellà. La pandemia se ha cobrado 224 víctimas que dejan a sus familias y también un poco más vacía la vida en los bares y en los barrios. A los amigos de Tolo, les gusta recordarle como «un gran engrescador que después tenía que irse a cuidar de sus nietos».
‘Ultima Hora' homenajea a los fallecidos por COVID
No son números, son personas, por eso Ultima Hora quiere rendir homenaje a las víctimas mortales que deja la crisis sanitaria provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 en Baleares.
Todas aquellas familias que quieran compartir la historia de un familiar fallecido a modo de homenaje pueden enviar un correo electrónico a digital@ultimahora.es y este periódico se pondrá en contacto con los afectados. Tras dos meses y medio, han perdido la vida 224 personas a quienes es justo recordar con sus nombres y apellidos.