Formentera ha entrado este lunes a la fase 1 del plan de desescalada contra el coronavirus. El movimiento libre está permitido en toda la isla, pero manteniendo algunas medidas de seguridad que se han estado llevando a cabo hasta ahora.
Los pasajeros de un barco de Baleària entre Ibiza y Formentera han tenido que someterse esta mañana al test para comprobar que no están contagiados. Ello ha provocado largas esperas para acceder al barco, tal y como se puede comprobar en los vídeos.
Un total de 76 pasajeros han viajado en la primera conexión marítima desde Ibiza tras la entrada en fase 1 de Formentera en la desescalada de la crisis sanitaria de la COVID-19, con «normalidad» y todos los controles previstos, ha informado el conseller de Movilidad y Vivienda, Marc Pons.
Ha sido la primera salida, y hay otras dos previstas a lo largo del día y todos los pasajeros han cumplimentado un cuestionario salud, se les ha realizado un control electrónico de temperatura, y por si fueran contagiados asintomáticos, se les han hecho «a todos las pruebas pertinentes de anticuerpos», ha detallado Pons en una rueda de prensa telemática.
Por otra parte, el presidente de la patronal hotelera de Formentera, Vicent Tur Costa, ha considerado que esta fase 1 está pensada a nivel interno para promocionar el consumo local tras semanas de confinamiento. «A efectos turísticos no tiene ningún tipo de repercusión», ha asegurado.
Tur Costa ha relatado que en Sant Francesc a primera hora de este lunes había «cinco o seis» bares y cafeterías abiertos que cumplen las distancias de seguridad en las terrazas».
«No se puede entrar en los locales y el ambiente no es de normalidad», ha dicho al entender que se sigue percibiendo que «existe un confinamiento y hay toda una serie de normas, aunque sí es novedad ver las puertas abiertas de bares y cafeterías».
El presidente ha mostrado sus dudas de que esta reapertura de locales tenga efectos destacables sobre la economía insular. También ha recordado que algunos negocios se han animado a abrir tras conocer que se ampliaba al 50 por ciento la ocupación de las terrazas.