Atardece en Palma y el confinamiento para evitar la propagación del coronavirus tiene a la ciudad recluida en sus domicilios. En esa hora incierta cuando el sol abandona el horizonte, desde uno de los balcones de las torres de la plaza Madrid resuena una voz que parece llegar del cielo cantando con firmeza ‘O Sole mio'. Es la voz de un tenor profesional en mayúsculas, la voz de Antoni Lliteres, natural de Artà y con domicilio también en Palma, en ese cónclave conocido como Es Fortí.
Desde el pasado domingo y durante cada atardecer que dure el confinamiento, el cantante de ópera amenizará durante unos minutos a los cientos de vecinos que rodean a su edificio. El tenor, que ha cantado en el Principal y en la Zarzuela entre otros grandes escenarios, entrega ahora su talento a los vecinos de Ciutat. «Mis compañeros de profesión de Italia ya tuvieron esa iniciativa en su momento en el país vecino y pensé que yo podía hacer lo mismo. Me costó mucho, nunca he sentido tantos nervios y eso que he cantado en Madrid, Barcelona, Estados Unidos, Italia, Francia...y cuando me puse más nervioso fue el domingo», explicaba el tenor.
Empezó con un clásico ‘O Sole mio' porque se trata de un tema «impactante, fresco». Nada más arrancar los vecinos empezaron a dejarse ver por los balcones, a escuchar entre curiosos y a la vez maravillados, sin saber si era un CD o alguien que cantaba a viva voz. Pero pronto todos se percataron que ese tema inconfundible era interpretado por uno de sus vecinos que regaló una maravillosa pieza de ópera.
«No sabía cómo respondría el público que en ese momento tenía delante y fue una respuesta preciosa, magnífica y voy a hacer un vídeo cada día antes de la puesta de sol y de ese momento dedicado a aplaudir a los sanitarios», relataba Antoni Lliteres. Los vídeos ya circulan por las redes y la actuación del artista se está convirtiendo en viral tanto por la calidad de su interpretación como por el corazón que pone.
El tenor ejercía de maestro hasta septiembre de 2016, pero sus estudios de música le pemitieron convertir su pasión en su profesión. De eso hace tres años y medio. Actuó en La Zarzuela, siendo el primer mallorquín en cantar como protagonista en ese escenario único. Ahora deleita a sus vecinos. Todo un lujo. Cada día, en esa hora donde el sol amenaza con acostarse, desde lo alto de la calle Francisco Martí Mora resuena una voz cargada de sentimiento que parece devolvernos la libertad que el virus nos ha arrebatado.