Las entidades ecologistas que respaldan a la Plataforma Antiautopista Llucmajor-Campos ha denunciado este jueves que el Consell de Mallorca ha comenzado a verter 140.000 toneladas de escorias contaminantes procedentes de la incineradora de Son Reus para la construcción de la vía de servicio de la autovía.
En un comunicado, GOB, Amics de la Terra, Ecologistas en Acción, Terraferida y Salvem Portocolom, considera que «la decisión de convertir la autopista en vertedero en línea de residuos posiblemente tóxicos es peligrosa para la población y el entorno natural».
Los ecologistas no aceptan las consideraciones científicas y legales de la Conselleria de Medio Ambiente del Govern, que sostiene que los restos de incineración que forman parte del material usado como firme para la carretera es inocuo para la población y para el entorno y se ajusta a la normativa vigente.
La plataforma se queja de la falta de respuesta del Consell de Mallorca a la denuncia que planteó en agosto y considera insuficiente la argumentación planteada por el departamento autonómico de Medio Ambiente.
Entiende que no hay garantías de que los materiales resultantes de la incineración empleados en las obras no sean tóxicos, porque los análisis de metales pesados y de restos orgánicos no son suficientemente detallados.
Las entidades ecologistas valoran el ofrecimiento de practicar nuevos análisis y reclaman que el proceso y los resultados sean «fiscalizados por autoridades científicas neutrales y objetivas».
«Exigimos, por tanto, que de una forma inmediata se detenga el vertido que se está llevando a cabo de las 123.000 toneladas de escorias restantes y que sean vigiladas con todo cuidado las más de 20.000 toneladas que ya se han vertido irresponsablemente», reclama la Plataforma Antiautopista.