El Palau de Congressos de Palma acogió este martes la tradiciónal fiesta del trono que celebra cada año el Consulado de Marruecos en honor a su rey. Este año, sin embargo, la festividad era muy especial, ya que se conmemoraban los 20 años de la entronización de Mohammed VI.
El acto comenzó sobre las ocho de la tarde con una recepción de la cónsul de Marruecos en Mallorca, Nezha Attahar, y su familia, a autoridades y personalidades de las Islas, como acción enmarcada en la línea del Consulado de estrechar relaciones con la sociedad balear.
Entre los más de 150 asistentes se encontraban personalidades como Catalina Cladera, presidenta del Consell de Mallorca; Juan Cifuentes, comandante general de Balears; Llorenç Huguet, rector de la Universitat de les Illes Balears; Ramon Morey, delegado del gobierno en funciones; o Andreu Serra, conseller de Turisme del Consell, así como diputados de Cs, directores generales del Govern y regidores del Ajuntament de Palma como Angélica Pastor y Joana María Adrover.
Discurso
Tras la recepción, la cónsul pronunció un discurso en el que se citó al rey Mohammed VI, aludiendo a las palabras del monarca en las que se habla de «la creación de una comisión especial para definir el nuevo modelo del desarrollo del país».
Nezha Attahar definió a Marruecos como «un lugar de tranquilidad», algo que asegura que se ha conseguido porque se han implantado numerosas reformas que han mejorado la estabilidad del país. Destacó también que, desde muy pronto, «ha establecido un método para luchar contra la radicalización en forma de gestión de mezquitas, control de imanes, etcétera». Para Attahar, Marruecos «es el reino de tolerancia entre todas las religiones».
A continuación, se proyectó un vídeo en el que se mostraba el cambio de Marruecos en los últimos 20 años, así como los logros que ha coseguido Mohammed VI durante su veinte años de reinado. Al finalizar el vídeo, los asistentes pudieron deleitarse con una cena de cocina tradicional marroquí, con platos como el couscous, verdura, cordero, dulces de almendra y miel y el clásico té con hierbabuena.
La velada concluyó con un espectáculo musical que fusionó la música árabe con la andaluza, que se llevó a cabo por parte de la orquesta Taifa, y del cantante marroquí residente en Granada Souhail Serhini.