Leia, «como la princesa de la Guerra de las Galaxias», nació el pasado 11 de abril. Es hija de Mercè Serra y Pere Colom, residentes en Sant Joan, pero de momento se la considera apátrida al ser fruto de un vientre de alquiler y no tener forma de nacionalizarla.
Cuando el pasado 18 de febrero la Ministra de Justicia, Dolores Delgado, recuperó una instrucción del 2010 hecha expresamente para la maternidad subrogada en Canadá y EEUU que dejó automáticamente desamparados a aquellos niños nacidos en Ucrania, pues solicitaba un trámite administrativo que no existe en este país.
Entre los afectados se cuentan más de setenta familias y entre ellas esta pareja de mallorquines para los que tener un hijo daba sentido a su vida. «Es verdad que según la ley no tenemos derecho a ser padres, pero existe una necesidad psicológica muy fuerte que se debe entender», explica Mercè Serra.
La fecundación por vientre de alquiler se hizo efectivo en julio de 2018. Por aquel entonces había un cambio de gobierno en España y cambió también el cónsul de Ucrania.
La ley dicta que es necesario demostrar en el extranjero que los padres del niño son españoles. «El problema es cómo». Si bien antes con una prueba de ADN realizada en un laboratorio forense español era suficiente, ahora se necesita una sentencia judicial del país de origen que validen los jueces de España, o bien sacar un pasaporte a los niños. Las dos soluciones son complicadas y requieren un largo periodo de estancia en Ucrania. Mientras, «el niño pierde las ayudas y bajas de paternidad y maternidad, el calendario de vacunas de la Seguridad Social española y se viola el derecho a una nacionalidad» que recoge la Declaración Universal de Derechos Humanos.